
El empaquetado del pescado es un proceso importante para mantener la frescura y calidad del producto. De los diferentes métodos existentes el envasado en atmósfera protectora es uno de los más eficaces para mantener fresco el pescado ya que controla el nivel de oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno.
Este tipo de envasado es una forma eficaz de prolongar la vida útil del pescado y mantener su frescura y calidad, y es una opción cada vez más popular. Sin embargo, para que esta forma de conservar por más tiempo el pescado evolucione es necesario conocer la percepción del consumidor quien, en definitiva, con su actitud de compra asumirá la tecnología.
Para saber más a este respecto, investigadores del Hellenic Center for Marine Research y del Laboratorio de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Atenas llevaron a cabo un estudio que tuvo por objetivo identificar las actitudes de los consumidores hacia los envases de pescado fresco con dorada y lubina, examinar si estos prefieren los envases con almohadilla o sin esta, e investigar cualquier diferencia percibida en la frescura sensorial y relacionarla con la composición volátil de los filetes de pescado.
El estudio contó con 174 consumidores griegos que evaluaron sensorialmente doradas y lubinas en diferentes presentaciones: enteras evisceradas y fileteadas; crudas y cocidas envasadas en atmósfera protectora con almohadilla y sin ella.
Los resultados mostraron que los consumidores prefieren los envases con almohadillas, especialmente al final de la vida útil del producto.
En el caso del pescado crudo, los consumidores lo percibieron como “más frescas y cercanas al producto ideal”, y también, “mostraron mayor preferencia de compra”. Igualmente ocurrió con las muestras cocinadas.
En general, como señalan, la mayoría de los participantes se mostraron positivos hacia el envasado de pescado fresco, aunque normalmente compran pescado fresco sin envasar.
Nuestros resultados, señalan los autores de este trabajo, sugieren que los envases activos con emisores de CO2 “contribuyen a la conservación de la frescura y que tienen un potencial positivo en el mercado griego”.