Un estudio llevado a cabo por investigadores de NOFIMA en el marco del proyecto Coexistence sugiere que los peces silvestres que se alimentan alrededor de las granjas de acuicultura no presentan ninguna diferencia en su filete respecto a los que no.
El proyecto Coexistence tiene como objetivo adquirir más información al respecto de cómo pueden generar sinergias entre las industrias marinas.
En este estudio los investigadores han querido preguntarse en qué medida los peces silvestres que merodean alrededor de las granjas de acuicultura pueden ver afectados sus valores organolépticos. Para evaluar la calidad de los filetes, los científicos de NOFIMA utilizaron bacalao silvestre al que fueron alimentando con pienso de salmón Atlántico de acuicultura durante un periodo de cinco semanas antes del sacrificio. Posteriormente, evaluaron la calidad utilizando un método de índice de calidad modificado, en el que se analizó el olor, la textura y la apariencia.
Al respecto de los resultados, Ragnhild Aven Svalheim, investigadora postdoctoral de NOFIMA señaló que “no pudimos encontrar muchas diferencias significativas entre los peces silvestres que habían comido gránulos y los otros peces silvestres que no comieron pienso”. El pescado tiene la misma textura, olor y apariencia, señala. Las diferencias entre ambos grupos de peces silvestres – alimentados con pienso y no alimentados – es la cantidad de comida en su sistema gastrointestinal.
Por lo que la conclusión a la que llegan es que lo que determina la calidad no es si comen o no pienso, más bien cuánto pienso comen.