
El cultivo de algas marinas a gran escala permite el desarrollo de servicios ecosistémicos relacionados con la salud, la seguridad alimentaria y la economía de las zonas donde se ubican las granjas.
Además de la propia producción de biomasa de algas, la biorremediación es uno de los servicios ecosistémicos más interesantes. La evidencia científica ha demostrado ampliamente que el cultivo de algas contrarresta los compuestos nitrogenados y fosforados por la eutrofización del agua.
Recientemente dos nuevos estudios vienen a reforzar esta afirmación. En ambos casos se ha analizado la capacidad de distintas especies de alga kelp para secuestrar carbón y biorremediar de nitrógeno y fósforo el agua circundante al cultivo. Uno realizado en la Bahía de Ailian en China con la especie de alga kelp Saccharina japonica. El otro en el sureste de Alaska en Estados Unidos de América con las especies Alaria marginata y Saccharina latissima.
Este tipo de soluciones basados en la naturaleza están particularmente indicadas en ecosistemas costeros con alta densidad de población y eutrofizados.
El alga kelp es una de las especies con mayor interés comercial. En 2019 en China, el mayor país productor global de algas produjo 1,6 millones de toneladas de esta especie según el Informe Estadístico Pesquero Chino 2020, siendo el sistema de cultivo en balsa flotante el método más extendido.
A nivel práctico, investigadores chinos han llevado a cabo un estudio en la Bahía de Ailian, en el norte de China, donde evaluaron la capacidad de eliminación de carbono, fósforo y nitrógeno del alga Kelp.
En esta bahía se realiza la producción multitrófica de algas y moluscos de manera tradicional desde hace más de 50 años a través de balsas flotantes y plántulas.
El alga kelp, de gran interés comercial, se cultiva durante los meses de noviembre a mayo.
Los investigadores han cuantificado las concentraciones de nutrientes y las variaciones temporales y espaciales en los periodos 2017 y 2019, así como su incorporación en los tejidos y talos del alga. Además de registrar y cuantificar las variaciones temporales de los parámetros biológicos de ancho, largo y biomasa.
Entre los resultados que han sido publicados en Marine Pollution Bulletin muestran la capacidad real de esta alga para reducir la carga de nutriente del agua circundante a la granja.
Nuestros resultados, señalan los autores del trabajo, también muestran que las algas marinas “eliminan una cantidad considerable de carbono y, en general, la producción a gran escala podría aumentar “significativamente la cantidad de carbono eliminado del océano” mientras regula, aun más la calidad del agua en los ecosistemas costeros, y podría contribuir positivamente a la mitigación del cambio climático y contrarrestar la eutrofización.
Estos datos, como señalan, proporcionan una información útil para evaluar el potencial de biorremediación de este cultivo y puede servir como guía en la gestión de la acuicultura de algas a gran escala.
El otro trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Alaska Fairbanks analizó durante la temporada 2020 y 2021 la capacidad para remover del agua circundante los nutrientes del agua circundante como el carbono y el nitrógeno.
El cultivo de algas kelp es una actividad emergente en Alaska y puede servir para reducir episodios de floraciones algales y de seguridad alimentaria, así como representar interesantes opciones de trabajo.
Según los autores de este segundo trabajo, la especie de alga kelp Alaria marginata fue mas efectivas absorbiendo nitrógeno y carbono que la kelp de azúcar Saccharina latissima, aunque la diferencia se vio compensada por la mayor biomasa generada por las segundas.