La corvina (Argyrosomus regius) es una prometedora especie en acuicultura por su rápido crecimiento, buena calidad nutricional y de sabor, y capacidad para adaptarse a las condiciones de las granjas de cultivo de la dorada y la lubina.
Dado que es una especie nueva y de rápido crecimiento, es importante un buen manejo de la alimentación en escala comercial, principalmente en la frecuencia ya que se piensa que puede afectar al rendimiento del crecimiento, el estado general de salud, los parámetros histomorfológicos del hígado, la composición de ácidos grasos y el coste de producción.
Con objeto de establecer la frecuencia óptima de alimentación, un equipo de investigadores turcos de la Universidad de Yalova y la Universidad de Çelevi diseñó un estudio que fue llevado a cabo con juveniles de corvina de 15 gramos para establecer los efectos de la frecuencia de la alimentación los principales parámetros de crecimiento y calidad de la especie.
El crecimiento óptimo de la corvina está relacionado con la composición de la dieta, la edad y el tamaño de los peces, y las tasas de alimentación. En el caso de esta especie es importante que los niveles de oxígeno y pH, y muy especialmente la temperatura, sean los adecuados ya que, variaciones por debajo y por arriba del óptimo afectan especialmente a su rendimiento.
Otros factores que influyen en un uso eficiente del alimento junto con la composición de la dieta, especialmente en ácidos grasos, y la frecuencia de la alimentación son el tamaño del gránulo de pienso y el hambre de los peces.
En el estudio se llevó a cabo en las instalaciones de la Unidad de Acuicultura de la Universidad de Yalova, con peces procedentes de un criadero de la región de Muğla.
Los investigadores diseñaron dietas con un 48% de proteína, 18% de lípidos en un cultivo en un sistema de recirculación en acuicultura a 23 grados centígrados.
Para evaluar la rentabilidad de las operaciones de la acuicultura en su relación con el pienso utilizado, usaron seis frecuencias de alimentación y evaluaron los resultados con el índice de conversión del alimento y la tasa de conversión económica.
Según los resultados, la frecuencia de alimentación óptima para mejorar el rendimiento del crecimiento y la salud de los peces es de tres veces al día, “lo que es consistente con otras especies de similar tamaño”, según indicaron.