Nuevos resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Parma, la Universidad de Florencia y el ISPA-CNR de Turín han destacado un cambio positivo en la actitud de los consumidores italianos hacia la acuicultura y sus productos cuando se proporcionan información precisa sobre los datos nutricionales y la seguridad alimentaria de los peces de cultivo.
Según los investigadores, es fundamental proporcionar información precisa a los consumidores para permitirles tomar decisiones informadas durante la compra de pescado. En su estudio, cuyos resultados se publicaron en la revista científica Aquaculture, se sugiere que la industria de la acuicultura adopte "estándares de bienestar animal, sostenibilidad y calidad para promover la aceptación del pescado de cultivo". Además, los autores proponen una estrategia de marketing centrada en informar a los consumidores sobre los métodos de producción y la calidad del producto para aumentar la confianza en los productos derivados de la acuicultura.
Es importante señalar que, aunque el estudio se realizó entre consumidores italianos, los resultados también pueden ser útiles para los productores españoles de pescado de acuicultura, ya que ambos comparten muchos estilos de vida y de consumo de pescado como, la importancia en la dieta mediterránea, la preferencia por productos del mar frescos y la variedad de especies consumidas como dorada, lubina, corvina, lenguado y el rodaballo.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores diseñaron un cuestionario completo con varias secciones, incluida una dedicada a los hábitos de compra, la participación del consumidor en la pesca, las preferencias por el pescado salvaje, la percepción de la importancia de la sostenibilidad y la ética en la producción y consumo de pescado, conocimiento subjetivo y objetivo, conceptos erróneos sobre la industria pesquera, actitud e intención de compra hacia el pescado de cultivo y salvaje, además de preguntas socio-demográficas.
Para evaluar el conocimiento objetivo de los participantes, los investigadores utilizaron nueve afirmaciones cuyas respuestas correctas estaban basadas en evidencia científica sobre las diferencias entre el pescado salvaje y de cultivo, divididas en tres categorías temáticas: salud y calidad; seguridad y calidad; y bienestar animal.
Entre las conclusiones del estudio, se encontró que algunos consumidores creen erróneamente que el pescado de cultivo crece más rápido que el pescado salvaje debido al uso de hormonas o antibióticos. Además, se observó que la edad de los encuestados y el lugar de compra de pescado influyen en la preferencia por el pescado salvaje, con los participantes más jóvenes y aquellos que compran en pescaderías que tienen más probabilidades de preferir este tipo de pescado.
Como recomendación, los autores del estudio consideran importante promover una actitud positiva hacia el pescado de cultivo, destacando, por ejemplo, el alto valor nutricional del pescado de acuicultura, rico en omega-3 EPA y DHA. Además, recomiendan enfatizar el hecho de que la acuicultura es una actividad sostenible que reduce la presión sobre las poblaciones salvajes, protegiendo su biodiversidad. Otros temas que se pueden ofrecer a los consumidores incluyen la trazabilidad y la seguridad, además del uso limitado de antibióticos y la reducida probabilidad de contaminación por microplásticos y metales pesados, a través de etiquetas claras y códigos QR.
Los investigadores también consideran importante que los responsables de las políticas pesqueras, las autoridades públicas y los actores del sector privado aborden la necesidad de informar correctamente para reducir los conceptos erróneos sobre el sector de la acuicultura.