Una dieta pescetariana puede ser la clave para un futuro más sostenible

Una dieta basada en el consumo de peces y mariscos tiene el potencial de mejorar la sostenibilidad y contribuir a la seguridad alimentaria global, siempre y cuando se aborden adecuadamente los desafíos relacionados con la distribución de presiones ambientales y sociales.

El sistema alimentario global es responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero y más del 70% del uso de agua dulce.

En este sentido, los estudios apuntan a que una dieta que basa la fuente de proteína animal en los pescados y mariscos, Alimentos Azules, son los más sostenibles, por delante de las aves, huevos, y pesca extractiva. Esto es debido a que requieren menos agua dulce, espacio y alimentos en comparación con el ganado terrestre y, por tanto, son más sostenibles.

Respecto a los de la pesca extractiva, los estudios hacen diferencias según el método de pesca. Las pesquerías artesanales son las que tienen impactos más bajos si evitan la sobreexplotación y usan prácticas responsables.

Dentro de las proteínas animales menos amigables con el medio ambiente están la carne roja, de vacuno y cordero, altamente intensiva en recursos y que generan emisiones significativas de metano y requieren grandes extensiones de tierra y agua. Los lácteos, aunque menos impactantes, también demanda muchos recursos y contribuye a las emisiones.

La sostenibilidad del pescado y marisco como alimento sostenible viene derivada de factores como su capacidad para convertir eficientemente el alimento en proteína comestible gracias a que la mayoría son animales ecotérmicos (de sangre fría), lo que significa que necesitan gastar menos energía para mantener su temperatura corporal.

Además, al vivir en el agua, tienen una menor necesidad de invertir en energía para soportar su propio peso y pueden destinar más energía a crecer.

Otro aspecto importante a considerar es que los subproductos generados por el pescado pueden ser valorizados en una amplia diversidad de opciones, ya sea como fertilizantes, o integrados en sistemas multitróficos.

El valor nutricional también es un aspecto importante a tener en cuenta ya que son ricos en omega-3 y proteínas de alta digestibilidad, lo que también debe ser considerado.