
En el mundo hiperconectado en el que vivimos, las redes sociales son un océano inmenso de información y entretenimiento. Entre memes virales, recetas rápidas y vídeos de animales que arrancan una sonrisa, conviven también campañas educativas, debates técnicos y mensajes de interés público. En ese mar, captar la atención para hablar de la acuicultura es un reto desafiante.
No siempre es fácil competir con los contenidos que los algoritmos priorizan, haciendo visibles aquellos que cuentan con más likes o comentarios, y menos aún cuando el tema implica conceptos técnicos o debates complejos. En el caso de la acuicultura, persisten falsos mitos negativos, confusiones con la pesca, dudas sobre sostenibilidad o bienestar animal y un desconocimiento generalizado de los procesos productivos.
Por eso, antes de vender, muchas veces hay que ganar credibilidad y abrir espacios de diálogo.
Combatir la desinformación y explicar procesos especializados requiere tiempo, contexto y fuentes fiables.
Ahí, los medios especializados podemos aportar un valor único: ofrecer información contrastada, con profundidad, y llegar a audiencias que realmente buscan entender el tema.
Cuando una noticia o reportaje se publica en un medio independiente, el público suele percibirlo como más imparcial que un mensaje corporativo. Esa legitimidad externa es clave en un sector donde consumidores, reguladores y sociedad civil son especialmente sensibles a cuestiones relacionadas con la alimentación y el medio ambiente.

Las redes sociales pueden tener un papel interesante, cuando son bien utilizadas, generando curiosidad y conversación y dirigiendo a la audiencia hacia contenidos más completos, como es el caso de LinkedIn. Para temas complejos como la acuicultura, los mensajes breves y fragmentados necesitan estar respaldados por piezas más profundas que puedan consultarse a lo largo del tiempo.
Como medio especializado, en misPeces tenemos la capacidad de llegar a nichos de interés real: profesionales, inversores, académicos, estudiantes y decisores políticos, pero también a cualquier persona interesada en conocer más sobre el origen de los alimentos que consume.
Así, evitamos que la información se pierda en el ruido y conseguimos que llegue a quienes pueden difundirla y multiplicar su impacto.
Además, un medio especializado no solo informa: construye comunidad. Reunimos en un mismo espacio a productores, investigadores, autoridades y consumidores interesados, generando un diálogo constante que enriquece el conocimiento colectivo y fomenta la colaboración. Esta interacción entre distintos actores es difícil de lograr en canales más generalistas, donde la conversación tiende a dispersarse.
Mientras que las redes sociales se centran en lo inmediato, los medios especializados construimos un archivo vivo: reportajes, entrevistas y análisis que siguen siendo útiles meses o años después de su publicación. Esto nos convierte en una referencia para quienes quieran aprender y entender la acuicultura desde la base, con rigor y sin perder la conexión con el presente.