
Los Sistemas de Recirculación en Acuicultura (RAS, por sus siglas en inglés) permiten el cultivo intensivo de peces y mariscos con un consumo mínimo del agua y sin emisiones de efluentes al medio, por lo que son altamente sostenibles medioambientalmente.
Socialmente, el desarrollo de una industria acuícola basada en la tecnología RAS implica la creación de puestos de trabajo especializados acordes a las demandas de empleo de calidad en países desarrollados donde el nivel de educación es alto, como sería el caso de los países de la Unión Europea.
Los RAS no son cosa de hace unos días como muchos podrían imaginarse. Los primeros sistemas de recirculación aparecieron hace 65 años en Japón. La acuaponía para la producción de vegetales y peces, es una variación del concepto de recirculación y surgió como sistema de producción hace 40 años en Alemania.
Posteriormente, el siguiente salto tecnológico de estos sistemas de recirculación se dio de la mano de alemanes y daneses en la década de los setenta y ochenta. Los primeros (los alemanes), para el cultivo de carpas; y los segundos (los daneses), para la anguila europea, y años mas tarde, la trucha arcoíris. Hoy en día las empresas danesas aquilatan mucha experiencia y son una potencia en este tipo de sistemas de agua dulce exportando su tecnología por todo el mundo. En España también se cuenta con un alto desarrollo de esta tecnología aplicada a sistemas de cultivos marinos.
Los sistemas RAS permiten mejorar la eficiencia del alimento reduciendo el FCR por debajo de 1
En los últimos 20 años hemos asistido a una verdadera expansión de esta tecnología, hasta el punto que hoy en día es indispensable tanto para la experimentación como para su cultivo comercial al formar parte del ciclo de produccción en alguna fase. En la salmonicultura y especies mediterráneas como la dorada y la lubina, es la tecnología empleada hasta la etapa juvenil antes de que los peces sean transferidos a las granjas en mar abierto. Con peces planos como el lenguado o el rodaballo, las nuevas instalaciones ya se plantean completamente en recirculación durante todo el ciclo productivo desde la fase alevín hasta la cosecha.
Además, es una tecnología que se adapta a cualquier tipo de cultivo de peces, moluscos o crustáceos. En los últimos años se han visto innovaciones en áreas hasta ahora inexploradas como la depuración de moluscos bivalvos, el engorde salmones hasta los 3 kg de peso, o el cultivo de langostinos tropicales en plena meseta castellana o en la gélida Suiza.
Los sistemas RAS permiten mejorar la los piensos que se suministran a los peces, reduciendo la conversión del alimento FCR por debajo de 1. Al operar en ambientes altamente controlados y monitorizados, no solo permiten que el rendimiento productivo sea mayor, también que se lleve a cabo bajo los más estrictos controles de bienestar de los animales ante cambios adversos de las condiciones metereológicas, como golpes de calor, frío o exceso de lluvias.

En el futuro serán esenciales como sistemas resilientes contra el efecto del cambio climático y las variaciones de la salinidad o la acidificación del océano
Además, reducen la huella de carbono asociada al transporte ya que pueden ubicarse próximos a los grandes mercados de consumo, proporcionando proteína de manera continua durante todo el año.
Al producirse en ambientes controlados bajo techo, hacen un uso óptimo y mínimo del espacio. Algunas instalaciones tienen capacidad para producir 500 toneladas de pescado al año en menos de una hectárea.
En el futuro serán esenciales como sistemas resilientes contra el efecto del cambio climático y las variaciones de la salinidad o la acidificación del océano al poder hacer correcciones de estos niveles sin mayores dificultades.
Los desechos de la producción pueden ser recolectados y reutilizados con mayor facilidad para su uso como fertilizantes, o en el cultivo multitrófico de otras especies acuáticas, como microalgas o invertebrados, por lo que también contribuyen al reaprovechamiento de los nitratos y los fosfatos siguiendo los principios de Economía Circular.
La tecnología y la falta de mano de obra cualificada son una barrera para su rápida implantación

Los peces, al estar en ambientes altamente controlados, están también mejor aislados de posibles brotes de enfermedades y transmisión de parásitos por lo que son más bioseguros, ya que se reducen significativamente el uso de terapias farmacéuticas.
Sin embargo, y a pesar de todas estas ventajas, son necesarios nuevos enfoques que permitan la producción de todo tipo de especies bajo sistemas RAS, y no solo las de alto valor. La fuerte inversión inicial y los costes de funcionamiento siguen siendo altos e inaccesibles para según qué especie de cultivo. Por eso, es importante que las futuras innovaciones se dirijan a establecer tecnologías de bajo coste y alta eficiencia energética. A pesar de ello, existen algunos ejemplos de especies de bajo valor comercial como la tilapia que son cultivadas tanto en sistemas RAS como acuapónicos.
El acceso a la tecnología y los conocimientos que se requieren para la expansión de los sistemas RAS también es una barrera. Hasta ahora, el desarrollo ha estado liderado por empresas privadas de Australia, Canadá, Europa y Estados Unidos. Por eso, en el futuro será necesaria una mayor implicación de la academia, tanto para mejorar el conocimiento sobre la zootecnia asociada a los sistemas RAS, como para el desarrollo de la tecnología y la ingeniería de forma eficiente, en búsqueda de innovaciones que reduzcan los costes de producción de peces y mariscos bajo estos sistemas.
Uno de los mayores costes operativos aplicados a estos sistemas es el de la energía, por tanto, será necesario poner mucho esfuerzo en hacer los RAS más eficientes y más sostenibles.