REPORTAJE

El Pez Cirujano Azul: un icono de éxito en la acuicultura ornamental

La acuicultura será la respuesta a la supervivencia de esta especie respetando sus necesidades alimenticias y ambientales específicas

Cirujano azul del Pacífico

En el vibrante panorama de la acuariofilia marina, el pez cirujano azul (Paracanthurus hepatus) tiene un lugar privilegiado. Más conocido como Dory, gracias a "Buscando a Nemo", este pez ha cautivado tanto a aficionados como a conservacionistas con su brillante tonalidad azul y una característica mancha amarilla. Su encanto trasciende su estética; simboliza el triunfo en la acuicultura de especies marinas ornamentales.

Históricamente, la alta demanda de estos peces para acuarios ha generado preocupación por las consecuencias de su extracción directa de los arrecifes de coral, hábitats cruciales para su supervivencia. En respuesta, la acuicultura a través de los métodos de crianza ha dado una nueva oportunidad al cirujano azul respetando sus necesidades alimenticias y ambientales específicas.

Gracias a la ciencia avanzada y la colaboración entre universidades, acuarios e institutos de investigación, se ha conseguido producir esta especie bajo condiciones controladas de acuicultura. Hasta ahora, el cirujano azul es sólo el segundo miembro de la familia Acanthuridae que se logra producir de manera exitosa en cautividad, después del tang amarillo, cuya producción se logró en Hawái.

Parte de este éxito se ha conseguido gracias a la cría efectiva desde la larva hasta el adulto, aportando a su conservación y fomentando un comercio responsable.

Los cirujanos azules son peces que tardan en alcanzar la madurez sexual cerca de dos años. Son peces que no presentan dimorfismo sexual, salvo la coloración de los machos, que cambia de color a un tono celeste cuando se reproducen.

Una de las fases más crítica es la cría larvaria es la adaptación a las dietas, lo que es de vital importancia para la supervivencia. Los estudios han demostrado que las larvas consiguen la metamorfosis en cautividad gracias a una alimentación basada en nauplios de copépodo, rotíferos enriquecidos y Artemia, y que esta mejora cuando se añaden microalgas vivas al sistema de cultivo.

Esta mejora se produce especialmente utilizando la microalga Tisochrysis lutea, a una densidad específica de 300.000 células por mililitro. Además, se observó que el fotoperiodo de 16 horas de luz y 8 de oscuridad es el adecuado para promover el crecimiento y la supervivencia.

Otro dato interesante es que la metamorfosis a juveniles completamente pigmentados depende del tamaño del tanque. Según lo observado comienza a los 50 días después de la eclosión, en peces criados en tanques grandes, mientras que se retrasa en los de tamaño más pequeños.

El éxito repetido en la cría de larvas de cirujano azul proporciona una prueba de concepto y valida aún más la efectividad de los regímenes de alimentación temprana desarrollados para esta especie. De cara al futuro, la mejora continua de los protocolos será importante para mejorar las supervivencias larvarias y reducir los costes de la alimentación prolongada de nauplios de copépodos.

También estos protocolos deben mejorar la información sobre las condiciones abióticas sobre la temperatura, el fotoperiodo y el flujo de agua.

Aunque aun falte un largo camino para que el cirujano azul sea una especie habitual de la acuicultura ornamental comercial, los pasos que se están dando están camino de lograrlo.

Peces ornamentales en la UE

Un estudio reciente sobre el estado actual del comercio de peces ornamentales marinos en la Unión Europea, proporciona una visión integral del estado actual de este sector resaltando el valor promedio anual de importaciones por valor de 24 millones de euros.

Entre 2014 y 2021, se importaron a la UE aproximadamente 26 millones de especímenes de peces ornamentales marinos, provenientes principalmente del sudeste asiático.

A pesar de la diversidad de especies y familias comercializadas, la falta de información específica a nivel de especie en un tercio de las importaciones complica la evaluación de los riesgos bioseguridad asociados con estas importaciones.

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