OPINIÓN

La acuicultura juega un papel importante en el desperdicio cero

La piscicultura es uno de los métodos ganaderos más sostenibles en términos de emisiones de CO2 y aprovechamiento de subproductos agroindustriales

Cabeza de dorada con cebolla

Aquellos que defienden un consumo básicamente vegano o vegetariano están en su derecho, y deben respetar a los que consumen proteína animal rica en nutrientes esenciales, vitaminas y minerales que de otra manera serían difíciles de adquirir. También porque existe una base científica que defiende que el desarrollo del cerebro humano a lo largo del tiempo se ha visto favorecido por el consumo de pescado, marisco, carne, huevos, nueces y semillas.

La teoría del "cerebro grande", que defiende una dieta equilibrada basada en carnes y grasas de alta calidad, es apoyada por expertos como Robin Dunbar de la Universidad de Oxford, Leslie Aiello del Museo de Historia Natural de Londres y Brian Hare de la Universidad de Duke. Esta teoría sostiene que el consumo de carne y alimentos ricos en proteínas y grasas omega-3, como los pescados y mariscos, ha sido un factor importante en la evolución del cerebro humano.

En definitiva, la proteína animal forma parte de una dieta equilibrada. Y no solo eso, forma parte del tejido socio económico de muchas regiones del mundo y de la cultura y las tradiciones, formando parte de la sostenibilidad social y económica del planeta.

La piscicultura como ganadería acuática ha demostrado ser de todas las ganaderías de las más sostenibles, contribuyendo a su vez a la conservación de la biodiversidad en los océanos y mares del planeta.

Sin embargo, existe un punto de controversia cuando se analiza la contribución de la acuicultura alimentada con piensos por hacer un uso de materias primas que, en una parte, son de consumo humano directo. Esto que en principio puede ser controversial debe verse de una forma más holística ya que estas materias primas también nos aseguran altos niveles de seguridad alimentaria y calidad nutricional de los animales y de las personas que los consumen.

Asimismo, la inclusión de estas materias primas proporciona una alimentación saludable y mayor transparencia y trazabilidad de la cadena alimentaria al proceder de fuentes conocidas y trazables y que permiten proporcionar a los consumidores información clara y precisa sobre el origen y calidad de los productos animales.

Es el reto para las próximas décadas de todos, no solo de la acuicultura, minimizar los desperdicios y maximizar la eficiencia en el uso de los recursos en todas las etapas de producción, distribución y consumo de alimentos.

Este debe ser un objetivo básico para conseguir una producción de alimentos sostenible y resiliente, que puede adaptarse mejor a los cambios en las condiciones climáticas y a la creciente demanda de alimentos por parte de una población mundial en constante crecimiento.

La acuicultura tiene un papel muy importante que desempeñar en los sistemas alimentarios circulares ya que puede contribuir a la producción sostenible de alimentos y a reducir la dependencia de las fuentes terrestres de proteínas y otros nutrientes. Además, la acuicultura de cercanía y circular fomenta la economía local y promueven la equidad y la justicia social en la cadena alimentaria.

La piscicultura integrada dentro del sistema alimentario circular también puede contribuir a la mitigación del cambio climático, a reducir la huella de carbono y a mejorar la resiliencia de los ecosistemas.

Es el momento de buscar los caminos que permitan integrar muchos subproductos generados tanto en la industria pesquera como agrícola y ganadera terrestre. Estos pueden ser empleados en la alimentación acuícola y convirtiéndose en fuente de proteína de alta calidad nutricional y grasas saludables del tipo Omega-3.

Debemos seguir trabajando para avanzar en alcanzar el equilibrio entre pienso y alimento

Una fuente de ingredientes de alto valor en acuicultura la constituyen los productores primarios y filtradores, muchos de ellos infrautilizados como materia prima y que no son una fuente directa en la alimentación humana y, por tanto, no contribuyen a aumentar la competencia por los recursos.

Se sabe que desde una perspectiva ecológica, a medida que aumenta el nivel trófico de los animales de acuicultura aumenta la competencia por los alimentos, de ahí la importancia por convertir los subproductos agroindustriales y pesqueros en ingredientes aptos para los piensos piscícolas.

Dos son las materias primas en las que se ha puesto el foco: la harina de pescado de fuentes extractivas y la harina de soja. Encontrar un reemplazo nutricional a través de fuentes circulares mejoraría considerablemente la competencia de la piscicultura como método sostenible de producción de proteína. Sobre todo, teniendo en cuenta que la soja es el ingrediente más usado en los piensos.

Como defienden algunos expertos, el futuro de la acuicultura circular pasa por una mezcla equilibrada de especies con diferentes niveles tróficos y diferentes sistemas acuícolas, dependiendo de los subproductos disponibles.

Dado que el nivel trófico natural no es el único factor que influye en la competencia alimentaria, a la hora de valorar el uso de un ingrediente se deben tener en cuenta otros factores como la conversión, la digestibilidad o la intensidad de nutrientes.

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