
La investigadora portuguesa Mariana Vaz, doctoranda en el CIIMAR —el Centro Interdisciplinar de Investigación Marina y Ambiental de Portugal— y en la Universidad de Bergen, en Noruega, lidera un estudio pionero sobre el papel de la metionina, un aminoácido esencial, en el refuerzo del sistema inmunitario de la trucha arcoíris frente a infecciones víricas.
Su trabajo se enmarca en el proyecto europeo GRINNAQUA, coordinado por el CIIMAR, que busca soluciones sostenibles para mejorar la salud de los peces en acuicultura. El proyecto reúne a instituciones punteras como el Instituto Roslin en Escocia, la Universidad de Bergen en Noruega y el INIA-CSIC en España. Todos los socios colaboran en un paquete científico común, trabajado conjuntamente por una misma doctoranda: Mariana Vaz.
Su directora de tesis, Marina Machado, explica a misPeces que el enfoque del proyecto es una continuación natural de investigaciones anteriores, y que “tenía todo el sentido profundizar, ya que habíamos observado que la metionina juega un papel clave en el fortalecimiento de las defensas naturales de los peces salmónidos. Puede ofrecer una alternativa para reducir el uso de químicos y promover una acuicultura más eficaz, rentable y respetuosa con el medio ambiente”.
Haciendo a la trucha más resistente: uso estratégico de la metionina

El estudio se centra en la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), una especie de gran importancia en la acuicultura europea, y particularmente vulnerable al virus de la septicemia hemorrágica vírica (VHSV).
Esta enfermedad, que causa hemorragias internas, fallo multiorgánico y elevadas tasas de mortalidad —especialmente en peces juveniles—, ha provocado importantes pérdidas productivas en varios países europeos. Los brotes son difíciles de controlar una vez instaurados, y el virus puede persistir en el ambiente o en especies portadoras. Por ello, muchos productores buscan alternativas a los métodos tradicionales, como la bioseguridad o la vacunación —aunque actualmente no existe una vacuna comercial totalmente eficaz para trucha arcoíris—. En este contexto, las estrategias nutricionales, como la suplementación con metionina, representan un enfoque complementario prometedor para aumentar la resistencia a enfermedades de forma natural.
En los ensayos in vivo, se alimentaron truchas juveniles con una dieta enriquecida con el doble de la dosis recomendada de metionina durante un periodo de cuatro semanas —una duración determinada por estudios previos dirigidos por Marina Machado—.
“Hemos probado distintos periodos en el pasado, y las cuatro semanas resultaron ser el tiempo óptimo: ni demasiado largo, que resultaría ineficiente o costoso, ni demasiado corto como para perder impacto inmunológico”, explica Mariana. La idea no es suplementar durante todo el ciclo de crecimiento, sino en momentos críticos de mayor vulnerabilidad.
Posteriormente, se realizaron pruebas controladas de infección con el virus VHSV. Los resultados confirmaron la hipótesis inicial: “Los peces que recibieron el suplemento de metionina mostraron una reducción significativa de la carga vírica y un aumento en la expresión de genes antivirales —especialmente viperin, un gen relacionado con la inhibición de la replicación vírica”, señala la investigadora.
Para entender mejor la función de viperin, Mariana Vaz llevó a cabo un ensayo in vitro en el Instituto Roslin utilizando la tecnología de edición genética CRISPR-Cas9 para desactivar ese gen en células de trucha y analizar su respuesta frente al virus en ausencia de ese mecanismo defensivo clave.
“Lograr el knockout de viperin ya fue un éxito técnico en sí mismo”, afirma. “Ahora estamos analizando los datos de secuenciación (RNA-Seq), lo que nos ayudará a entender cuán vital es este gen para la respuesta inmunitaria de la trucha”.
“Si las células se muestran más susceptibles al virus, será una prueba sólida de que viperin es central en la lucha contra la infección —y reforzará el valor de la metionina como herramienta para estimular su expresión”, añade la investigadora.
Nutrición funcional dirigida

Más que una solución continua, la metionina se presenta como un refuerzo inmunitario estratégico, ideal para aplicar en momentos clave del ciclo productivo, cuando el riesgo de brotes es elevado.
“Debe utilizarse como medida preventiva durante cuatro semanas, especialmente cuando se prevé un brote o cuando las condiciones favorecen la infección”, explica Mariana.
Este concepto de nutrición funcional aplicada cobra especial relevancia por su bajo coste: añadir metionina al pienso supone apenas unos céntimos por kilo, pero puede reducir drásticamente las pérdidas económicas, mejorar el bienestar animal y reducir el uso de antibióticos o tratamientos químicos. Promover la inmunidad natural en especies acuícolas está ganando terreno entre productores y autoridades reguladoras. La suplementación con metionina puede representar una solución sencilla, escalable y con base científica que alinea productividad y sostenibilidad.
“El objetivo no es suplementar a los peces durante todo el crecimiento, ya que sería costoso e innecesario”, reitera.
Una experiencia científica y personal transformadora

Durante su doctorado, Mariana Vaz ha tenido la oportunidad de trabajar en varios países europeos gracias al proyecto GRINNAQUA, adquiriendo una experiencia científica, técnica y cultural de gran valor.
“Fue una experiencia muy interesante y ventajosa para mí, principalmente porque estuve fuera de Portugal: desarrollé mi línea en el CIIMAR, después fui tres meses a Noruega, a Bergen, y desde enero hasta junio estuve en Escocia, en el Instituto Roslin, donde realicé el ensayo con la edición genética. Para mí fue muy gratificante, sobre todo a nivel de conocimiento científico: aprendí mucho y crecí muchísimo".
En Noruega, explica, se familiarizó por primera vez con el cultivo de salmón y el parásito sea lice, y en Escocia tuvo acceso a técnicas de vanguardia en edición genética: “Tuve la oportunidad de aprender cómo se realiza un knockout, y tuvimos la suerte de que funcionase a la primera. Fue un privilegio poder trabajar con investigadores de distintas áreas, desde parasitología a genómica funcional".
“Ver los laboratorios, utilizar equipos que aún no tenemos en Portugal, y poder trabajar con expertos internacionales me permitió entender mejor el valor de la interdisciplinariedad en la acuicultura. Además de completar los objetivos de mi tesis, creo que ha sido muy enriquecedor para mi crecimiento como estudiante e investigadora".
Ahora espera continuar en este campo de investigación: “Siento que esta experiencia me ha preparado técnica y científicamente para los retos que vendrán".
Cabe recordar que esta tesis se ha desarrollado en el marco del proyecto GRINNAQUA, cofinanciado por el programa de investigación e innovación Horizon Europe de la Unión Europea, bajo el acuerdo de subvención n.º 101079467, y con el apoyo de UK Research and Innovation (UKRI).