¿Es ineficiente alimentar peces con peces, especialmente en el contexto de la acuicultura? Sin duda se trata de uno de los temas más controvertidos y fruto de debate entre científicos, ambientalistas y el sector acuícola. Como todos los asuntos complejos de la vida, no tiene una fácil respuesta y requiere seguir aportando evidencias científicas para tener en cuenta todas las consideraciones.
Este debate exige analizar por qué se decide procesar como harina y aceite de pescado las pesquerías de pequeños pelágicos, también conocidos como peces forrajeros. Mientras algunos argumentan que es mejor utilizar estos peces para alimentar directamente a las personas, otros como Neil Auchterlonie, un consultor independiente en acuicultura que se encuentra realizando una estancia en la Universidad de Southampton en Reino Unido, defienden que gracias a la harina y al aceite de pescado utilizados como ingredientes en los piensos permiten producir más porciones de pescado y, por lo tanto, alimentar a más personas.
Para reforzar su argumento, el experto ha publicado recientemente un artículo en la revista International Journal of Environmental Studies en el que aportar nuevas perspectivas para la reflexión. Según argumenta, con 588.061 toneladas de proteína acuática comestible adicionales procesada, en peso húmedo, se consiguen 3,58 mil millones de raciones de comidas adicionales cada año.
Como destaca Neil Auchterlonie, la transformación de estos peces enteros en ingredientes marinos para piensos maximiza la utilización de los recursos pesqueros y proporciona nutrientes esenciales para la acuicultura.
Además, la harina y el aceite de pescado tienen un papel importante en la cadena de suministro de alimentos acuícolas. Esto se debe, como explica, a su disponibilidad en el mercado, su contribución nutricional en los piensos y su papel estratégico en etapas clave de los ciclos de producción acuícola.
Producir una especie carnívora a través de la acuicultura es más eficiente que consumir esa misma especie capturada. Por ejemplo, un salmón salvaje pescado en Canadá y otro de acuicultura aportan el mismo contenido de proteína. La diferencia radica en que el primero es menos eficiente desde el punto de vista del aprovechamiento de nutrientes ya que necesita consumir más peces para alcanzar la talla comercial y, por lo tanto, es menos sostenible.
Por eso, el planteamiento debe dirigirse hacia la eficiencia del uso de ingredientes marinos y las raciones de pescado que proporciona.
Neil Auchterlonie recalca también la importancia de considerar el ciclo completo de producción y el resultado neto en términos de producción alimentaria global cuando se evalúan las prácticas de sostenibilidad en la pesca y la acuicultura.
La logística para alimentar al mundo es compleja
Como explica el experto, la producción de harina y aceite de pescado se concentran principalmente en tres regiones del mundo: América Latina, Asia y Escandinavia. Por eso, como explica, podría ser deseable dirigir la captura de estas especies hacia el consumo humano directo, pero no es realista como estrategia efectiva debido a limitaciones tecnológicas del transporte y conservación, y de mercado que imposibilita que lleguen en buenas condiciones para el consumo humano directo.
Por otro lado, muchos consumidores de estos países no están dispuestos a comprar y consumir estas especies debido a sus preferencias gastronómicas y nutricionales. Por ejemplo, los consumidores de Perú no están dispuestos a consumir anchoveta, debido que no están familiarizados con su sabor y textura.
A esto se suma que algunos países productores de ingredientes marinos no son necesariamente grandes productores de acuicultura, lo que destaca la complejidad de las cadenas de suministro.
Análisis holístico del uso de harina y aceite de pescado para piensos
Otro aspecto importante que preocupa a los conservacionistas es ¿no estamos sacando demasiados peces del mar? Y la respuesta viene proporcionada a través de un análisis de datos actualizados de la FAO que demuestra que no hay una presión adicional sobre las pesquerías a escala global debido al crecimiento de la acuicultura.
A pesar que la acuicultura ha crecido rápidamente en las últimas décadas, al margen de la producción anual de harina y aceite de pescado, que ha permanecido constante desde 1976 hasta la actualidad. Además, el estudio indica que “se espera que esto continúe en el futuro”, incluso, “si se introducen nuevos ingredientes en los piensos, como aceites de algas y cultivos terrestres modificados genéticamente”.
Es decir, a pesar de que aparezcan nuevos ingredientes, la harina y aceite de pescado seguirán teniendo un papel importante en la nutrición piscícola.
El experto también considera que en el contexto de seguridad alimentaria global se debe tener en cuenta el papel socioeconómico de la harina y aceite de pescado en la producción acuícola y en las comunidades costeras que viven de esta actividad.
Este enfoque integral en su conjunto refuerza el argumento de la eficiencia, y con ello la sostenibilidad, de usar especies pequeñas de peces pelágicos para hacer harina y aceite de pescado es una forma sostenible y efectiva de aumentar los alimentos disponibles para una población mundial creciente.