INNOVACIÓN

Ventricaria ventricosa, un alga unicelular gigante que podría servir para biorremediar la carga contaminante del agua

Artículo de divulgación de Alejandro Güelfo Fuentes

Msc. Periodismo y Comunicación Científica | Editor de misPeces
 @aguelfo

Ojo de marinero

Desde hace algo más de una década, las algas unicelulares fotosintéticas están adquiriendo un gran protagonismo como posible herramienta para biorremediar la carga de compuestos inorgánicos disueltos en las aguas residuales o de uso agroindustrial. Normalmente son aguas con una alta carga en compuestos nitrogenados indeseados como el amonio o los nitritos, fruto de la actividad humana, agrícola ganadera o acuícola. Estas microalgas y cianobacterias, además de funcionar como limpiadores del agua, pueden ser aprovechados como biomasa para la producción de fertilizantes, moléculas de alto valor nutracéutico o cosmecéutico, entre otros.

A pesar de presentar grandes ventajas como instrumentos de mejora ambiental, una de las principales barreras para su implantación definitiva está asociada a los costes del cosechado o retirada. Para reducir esta barrera, los investigadores están trabajando en diversas soluciones basadas en la filtración, sedimentación, flotación y centrifugación, o la combinación de varias de éstas. Otras, de más “bajo coste”, también plantean el uso de floculantes con extractos de plantas u hongos. Y, de forma más sofisticada, otros estudios han ensayado como método de cosechado la magnetoforética, utilizando para ello partículas de hierro y la separación por electromagnetismo.

Sin embargo, todos ellos son procesos que implican un alto desarrollo tecnológico y uso intensivo de energía. Pero, ¿Y si le damos la vuelta al problema? ¿Qué hay de las microalgas y cianobacterias que crean colonias o filamentos de forma natural? Un ejemplo de cómo la naturaleza podría trabajar por nosotros lo tenemos con la cianobacteria Nostoc spp la cual se caracteriza por formar colonias en forma de esferas que pueden ser fácilmente recolectadas.

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Esta cianobacteria dulceacuícola tiene altos contenidos proteícos, entre el 35 y el 40 por ciento, el doble que la quinua o kiwicha, más calcio que la leche y más hierro que las lentejas.

Otra estrategia que no ha sido explorada por el ámbito científico a pesar de ser un alga muy conocida es la que nos proporciona Ventricaria ventricosa, comúnmente conocida como “ojo de marinero” o “alga burbuja”.

Esta alga que se encuentra en aguas de todo el mundo en zonas tropicales y subtropicales es uno de los organismos unicelulares más grandes, con dimensiones que alcanzan entre los 2 a 5 centímetros de diámetro y que desde hace más de 100 años es la fascinación de los científicos por las particulares características de su pared celular, la de mayor tamaño de todas las plantas, con abundante celulosa en su forma mas alta de cristalinidad.

Ventricaria ventricosa, en una mano

Su truco para adquirir ese tamaño descomunal como organismo unicelular está en que contiene varios dominios citoplasmáticos, cada uno con su propio núcleo y cloroplasto.

Su método de propagación también es muy atractivo en acuicultura ya que permite su reproducción celular segregativa pudiéndose separar a través de los rizoides que le sirve para sujetarse. Incluso al ser aplastadas pueden dar lugar a nuevas células. Dada su velocidad de propagación tan alta entre los acuaristas es considerada como una plaga.

De esta manera tendríamos un organismo de rápido crecimiento, gran tamaño y fácil recolección. ¿Alguien se atreve a estudiarla como potencial agente biorremediador del agua?

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