
Los estudios de laboratorio son clave para el desarrollo de la acuicultura moderna, proporcionando información esencial sobre el crecimiento, la fisiología y el bienestar de distintas especies piscícolas. Sin embargo, su fiabilidad puede verse comprometida si no se tienen en cuenta factores fundamentales como el color del tanque y el espectro de luz ya que a nivel de manejo afecta directamente en aspectos como la tasa de crecimiento, los niveles de estrés y la supervivencia. Aplicar condiciones uniformes a todas las especies puede distorsionar los resultados y generar datos poco representativos de la realidad.
Investigaciones previas han demostrado que algunas especies crecen mejor en tanques rojos, mientras que otras prefieren entornos oscuros o claros, dependiendo de su biología y hábitat natural. Si estas diferencias no se consideran en los entornos experimentales, las respuestas de los peces pueden verse alteradas por el estrés, afectando su desarrollo y comportamiento.
Por ejemplo, si una especie que prefiere tanques oscuros es estudiada en un tanque blanco altamente iluminado, su comportamiento reflejará respuestas de evasión y estrés en lugar de su verdadero potencial de crecimiento. De la misma manera, si una especie adaptada a ambientes luminosos es sometida a condiciones de baja luz, el rendimiento registrado no corresponderá con su capacidad real.
Para evitar estos sesgos, los laboratorios deben adaptar las condiciones de sus estudios a las necesidades de cada especie. Diseñar experimentos que reflejen fielmente el hábitat natural de los peces es clave para garantizar la precisión de los datos obtenidos.
Un caso relevante es el de la dorada (Sparus aurata) y la lubina europea (Dicentrarchus labrax), dos especies ampliamente cultivadas en Europa. Diversos estudios han señalado que estos peces muestran una clara preferencia por tanques de colores claros, especialmente azules, que reducen el estrés y favorecen comportamientos naturales como la formación de cardúmenes. Este tipo de entorno también mejora la eficiencia alimentaria y las tasas de crecimiento, lo que lo convierte en la mejor opción para su cultivo.
A pesar de que esto ha sido ampliamente estudiado, muchos estudios de laboratorio utilizan tanques estándar sin considerar estas preferencias, lo que podría estar alterando los datos recogidos.
Para obtener resultados más fiables, los estudios de laboratorio sobre estas especies deberían realizarse en tanques azules, que replican mejor su entorno natural y minimizan los factores de estrés. Además, es fundamental reducir las perturbaciones externas, especialmente cuando se utilizan tanques de colores claros, para evitar interferencias en el comportamiento de los peces.
Si la acuicultura busca avanzar hacia modelos más eficientes y sostenibles, los estudios de laboratorio deben reflejar fielmente las necesidades de cada especie. La elección del color del tanque y del espectro de luz no es un aspecto menor, sino un factor determinante en la precisión de los datos obtenidos.
Ajustar las condiciones experimentales a las características biológicas de cada especie permitirá desarrollar estrategias de cultivo más efectivas, promoviendo la sostenibilidad y el bienestar animal en la producción acuícola.