PROYECTOS

Imágenes subacuáticas nocturnas permitirán ampliar la vigilancia de los peces silvestres que rondan las granjas

Este análisis se está llevando a cabo desde el proyecto Parapez que alcanza la tercera edición

Parapez fotos subacuáticas

Valencia 9/02/2021 – La tercera edición del proyecto Parapez, para el análisis de especies parasitarias en peces silvestres y de cultivo, que coordina la Universidad CEU Cardenal Herrera, ampliará el estudio con la toma de imágenes subacuáticas nocturnas.

Este proyecto se desarrolla en granjas de Castellón y Alicante, en la Comunidad Valenciana; y de Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife y La Palma, con un seguimiento nocturno que permitirán completar el estudio de la fauna salvaje que rodea a las granjas acuícolas en mar abierto.

El proyecto está financiado con fondos del Programa pleamar de la Fundación Biodiversidad y que está cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP).

Según destaca el profesor de la CEU UCH Jordi López Ramón, investigador del Grupo SAIGAS al frente del proyecto Parapez, “la técnica del fototrampeo para la captación de imágenes subacuáticas nos permite la identificación de las especies salvajes predominantes en las aguas canarias y valencianas donde están ubicadas las granjas acuícolas en mar abierto que colaboran en este estudio”. En la segunda edición del proyecto, añade López, “recogimos ya más de 11.000 imágenes en las horas de luz”. Ahora, gracias a la incorporación de nuevas cámaras que permitan la captación de imágenes nocturnas, podemos ampliar el fototrampeo a las 24 horas del día, lo que completará aún más esta fase de identificación de especies salvajes. Entre ellas, hemos detectado grandes depredadores como el delfín mular (Tursiops truncatus) o el atún rojo (Thunnus thynnus), junto a otras especies de aguas profundas”.

Especies de peces y de parásitos

Esta identificación de especies de peces salvajes permite detectar aquellas que tienen más probabilidades de compartir parásitos con los peces cultivados en las mismas aguas, como la dorada, la lubina o la corvina, en granjas en mar abierto.

Según explica el profesor López Ramon, “la gran mayoría de estos parásitos no resultan patógenos para los peces y, además, el número de los que pueden llegar a transmitirse al ser humano es muy reducido. Pero su estudio es importante para identificar qué tipo de parásitos comparten las especies de acuicultura y las salvajes. De este modo podemos contribuir con nuestros datos a mejorar la sanidad de los peces cultivados, al tiempo que a preservar la biodiversidad marina en las aguas objeto de estudio”.

“Determinar qué especies de parásitos son las más frecuentes dentro y fuera de las granjas acuícolas, qué relación de transmisión parasitaria existe entre especies de peces y cuáles son los efectos que producen en los animales parasitados son datos de gran utilidad para los veterinarios a cargo de estas instalaciones. Su labor es clave, tanto en el cuidado de las especies cultivadas, para garantizar la seguridad alimentaria, como en la protección de las especies salvajes del entorno, para contribuir a preservarlas”, explica el profesor.

Con los resultados obtenidos hasta el momento en las ediciones anteriores, se evidencia que las granjas marinas son agentes que ayudan a preservar la biodiversidad marina del entorno, ya que no se han encontrado evidencias de la transmisión de parásitos entre las especies salvajes y las cultivadas.

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