Integrar el cultivo de microalgas en un sistema de recirculación en acuicultura (RAS, por sus siglas en inglés) para la producción de langostinos permite aprovechar los nutrientes resultantes en el agua reduciendo, al menos, el 10 por ciento del potencial de eutrofización marina.
Así lo establece un estudio sobre el Análisis del Ciclo de Vida de este proceso que comparó el tratamiento con microalgas de los sedimentos resultantes y el tratamiento tradicional de estos. Los investigadores comprobaron que el tratamiento con microalgas es más efectivo.
El estudio lo llevaron a cabo investigadores de varios departamentos de la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana, basándose en una granja comercial de langostinos ubicada en Fowler en Estados Unidos.
El estudio arrojó datos interesantes como, por ejemplo, que al integrar el cultivo de microalgas al sistema y energías renovables, se puede reemplazar el uso de carbón por energías renovables en la mezcla eléctrica, se puede reducir hasta en un 90-99% los impactos ambientales asociados al sistema.
Los resultados también sugieren que el agua tratada mediante el cultivo de microalgas se puede reutilizar, lo que contribuye a una mayor sostenibilidad en el uso de este recurso.
Aunque el análisis demostró que el uso de biomasa algal para la producción de biogás disminuye el MEP, la producción de ingredientes para alimentación y biodiesel no resultó ser beneficioso para el ambiente.
Este estudio, como consideran los investigadores, marca un paso importante hacia el desarrollo de un sistema integral de tratamiento de efluentes de una granja de langostinos basado en el cultivo de microalgas a escala completa, ofreciendo una solución prometedora para mejorar la sostenibilidad ambiental de la acuicultura.
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