OPINIÓN

La aceptación social de la acuicultura, el “elefante en la habitación”

En España, consumir productos de acuicultura no es un problema, lo es permitir que instalen granjas en nuestras costas

Elefante en habitación

La acuicultura se enfrenta al importante desafío de mejorar la imagen que la sociedad tiene de esta actividad construyendo un relato con una narrativa coherente, que genere interés y entusiasmo y consiga influenciar en la opinión pública.

Lo cierto, y ya se ha comentado en otras ocasiones en misPeces, es que los productos de la acuicultura tienen una buena aceptación social. No hay más que ir a una pescadería para encontrar sin ningún problema doradas, lubinas, truchas y salmón ofertándose al consumidor. En España nos gusta comer langostinos, que son otros de los productos estrella de la acuicultura. Los langostinos son habituales en las mesas de los españoles y son importados, aquí no los producimos en la cantidad demandada.

Sin embargo, otra cuestión es la aceptación social de la actividad acuícola. Para muchos ciudadanos y sectores económicos, lejos de ser una oportunidad, es vista como un freno al desarrollo de otras industrias. Este es el "Elefante en la Habitación" que hemos estado evitando mirar durante mucho tiempo.

Ahora parece que existe un mayor interés por mirar al problema real de la acuicultura, asumiendo la parte de culpa que el sector ha podido tener por no haber sido capaz de crear una narrativa atrayente y motivadora hasta el momento.

Es el momento de enfrentar la situación con capacidad de llegar al fondo del problema, aplicar grandes dosis de comunicación efectiva, y tomar medidas concretas y empatía hacia el parecer de los que no están a favor de la actividad. Cuanto antes nos pongamos a trabajar, antes revertiremos la situación.

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