La conocida como “doble lógica” del crecimiento verde, Blue-Green Growth, de la Unión Europea que busca equilibrar la protección ambiental con el crecimiento económico está estancando el crecimiento del sector acuícola. Principalmente, en su aplicación no son capaces de reconocer conflictos inherentes entre los valores ecológicos y económicos aplicados a la actividad.
Además, el enfoque que se le está dando, está generando confusión y contradicción entre los reguladores, la ciudadanía y los inversores, y ha derivado al estancamiento del sector desde hace más de una década.
A esto se suma otro factor que obstaculiza el crecimiento del sector: el tamaño reducido de muchas empresas acuícolas, lo que dificulta su capacidad para competir con compañías de terceros países que no están sujetas al estricto marco normativo de la Unión Europea y que han podido expandir sus operaciones y aplicar la economía de escala a sus costes.
El exceso de regulaciones y una falta de enfoque claro y coordinado, ha agravado aún más la desventaja competitiva y está en la raíz del estancamiento del sector.
Desde su concepción, la actividad ha tenido que lidiar en el seno de la Unión Europea con una percepción negativa que todavía prevalece en muchos reguladores, sectores académicos y parte de la ciudadanía. A esto se suma la falta de representación política adecuada como contribución adicional a dificultar aún más el desarrollo del sector.
Ante esto, solo queda trabajar en el desarrollo de políticas claras y un apoyo más sólido por parte de la Comisión Europea, los Estados miembro y las regiones.
Otro punto importante para trabajar es el de promover la colaboración entre países para intercambiar conocimientos, tecnologías y mejores prácticas y que podrían facilitar un mayor acceso a mercados globales para los productos acuícolas europeos.