El ministro noruego de Pesca, Bjørnar Skjæran está trabajando en un nuevo marco normativo que regule la actividad offshore de la acuicultura para convertirla en la “más productiva y ecológica del mundo” y poder alimentar de alimentos azules a un “mercado mundial en crecimiento”.
El Gobierno de noruega viene trabajando desde hace años en una propuesta para esta actividad a través de un grupo de trabajo interministerial que en 2018 presentó su informe. Esta normativa está ya muy avanzada y se basa en el citado informe que ha sido expuesto a información pública.
Noruega es un país dedicado al monocultivo de salmón Atlántico, con una pequeña parte dedicada al bacalao. Por eso, la normativa está destinada a regular la salmonicultura offshore. Esta normativa se aplicará de manera diferente a la que se hace cerca de la costa consistente en el sistema de “semáforo”.
La propuesta legislativa incluye el régimen general de identificación y facilitación de áreas para la acuicultura en mar abierto, así como la introducción de un régimen de licencias diferente para al esquema del semáforo, como fue recomendado por el Instituto Noruego de Investigación Marina.
Sin duda, junto con el cultivo de salmón en tierra, el cultivo en mar abierto es la única opción que le queda al país para poder seguir creciendo de manera significativa en los próximos años.