Cuanto más eficiente es la gestión de una granja de acuicultura, más relevancia tiene el coste del alimento ya que es el que mayor impacto tiene en el rendimiento productivo. Se estima que una producción altamente eficiente tiene el 70% de los costes operacionales asociados al pienso.
Una relación que mide de manera simple la eficiencia en términos económicos de una granja es la que relaciona cantidad de alimento suministrado con aumento del peso de los peces. Si se alcanza este objetivo con un índice de conversión bajo estaríamos ante una granja altamente eficiente. El resto de los costes se reparten entre, entre otros en los alevines, la mano de obra, los costes energéticos, y financieros, entre otros.
Para conseguir un ratio FCR bajo, es importante tener un buen manejo en la granja para que ni se sobrealimente ni se subalimente. En cualquiera de los dos casos la eficiencia se verá comprometida, y con ella, el rendimiento económico. En el caso de sobrealimentar se producirá, adicionalmente, un desperdicio de alimento y un exceso de nutrientes enviados al medio ambiente en forma de fósforo y nitrógeno.
Con un objetivo del 70% del coste del pienso estamos consiguiendo asegurar que los peces reciben los nutrientes indispensables para su crecimiento con la mayor calidad esperada al menor coste posible.
Por eso tiene sentido que los mayores esfuerzos de investigación se orienten a conseguir dietas que reduzcan los costes de producción maximizando el rendimiento productivo y abaratando el coste de las materias primas empleadas.
En un contexto de crecimiento del volumen de la producción acuícola, y en el que el uso de la harina y aceite de pescado se viene limitando por cuestión de costes y disponibilidad, la tecnociencia se ha inmerso en una carrera hacia el futuro de las materias primas eco-amigables y no competitivas con el consumo humano directo.
Hoy en día se cuenta con una cartera de ingredientes alternativos a la harina y el aceite de pescado verdaderamente amplia que pasa por los de origen vegetal terrestre, los subproductos animales, las algas y microalga, los insectos, los microbios, y las levaduras, entre otros.
En este punto, el papel de los fabricantes de piensos es muy importante. El pienso ideal reúne un conjunto de características que van más allá de las nutricionales relacionadas con la proteína o la energía.
Para diseñar un buen pienso se deben tener en cuenta también las propiedades físicas del mismo, que deben adaptarse a las características particulares de la granja, pensando especialmente en la temperatura y la salinidad, así como en otros aspectos bióticos y abióticos que la rodean.
También deben tener una buena atractabilidad y alta digestibilidad, entre otras.
La buena noticia es que cada día se consiguen avances en este sentido y que esta semana vamos a descubrir en la Aquaculture Europa 2022 nuevas alternativas de la mano de la ciencia y la tecnología en las distintas sesiones preparadas para ello.
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