La selección genética cuando se combina con la investigación y desarrollo de nuevos ingredientes para alimentación en acuicultura puede ser una herramienta potente que ayuda a una producción más sostenible, eficiente y rentable.
A través de la selección genética se puede conseguir una mejor utilización de los nuevos ingredientes que, a veces, resultan menos digestibles o apetecibles para los peces. Mediante la genética se pueden ir desarrollando nuevas generaciones de peces predispuestos a utilizar eficientemente los nuevos ingredientes para que crezcan más rápido y robustos.
Es importante que, en este proceso, el producto pueda preservar la calidad del producto final, específicamente, filetes con buenos parámetros de textura, sabor y calidad nutricional. Con este objetivo, investigadores del Grupo de Investigación en Acuicultura IU-ECOAQUA, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria realizaron un estudio que tuvo como principal objetivo determinar la efectividad de la cría selectiva orientada al alto crecimiento en la dorada cuando se enfrentó a dietas con bajos niveles de harina y aceite de pescado.
Las dietas, como explican, se diseñaron para reemplazar parcialmente la harina de pescado con dos ingredientes emergentes: la harina de insecto proveniente de la mosca soldado negra y la proteína de unicelular de Methylococcus capsulatus (M. capsulatus), una bacteria metanotrófica que es fuente novedosa para alimentación animal.
Adicionalmente, en el estudio se buscó reemplazar totalmente el aceite de pescado con una mezcla de aceite de ave y un innovador aceite microalgal.
Para la experiencia se trabajó con doradas del programa de cría selectiva PROGENSA, que viene demostrando su éxito en la mejora del rendimiento productivo durante tres generaciones.
Según los resultados del estudio, las doradas genéticamente seleccionadas mostraron un mejor crecimiento y utilización del alimento en comparación con las no seleccionadas, sin importar la dieta utilizada.
Las dietas con harina de insecto y proteína de microbios redujeron “ligeramente” el rendimiento general de los peces debido a una menor ingesta del mismo. Las doradas alimentadas con proteína de microbio tuvieron un crecimiento similar y una tasa de conversión alimenticia más baja que las no seleccionadas alimentadas con la dieta control con harina y aceite de pescado.
Por su parte se observó que, la selección genética para un alto crecimiento en dorada ha mejorado la utilización de nuevas formulaciones dietéticas que reemplazan significativamente la harina y el aceite de pescado de los piensos.
También se observó que las nuevas dietas con aceite de microalga rico en DHA aumentaron los omega-3 (en particular el tipo DHA), de los filetes de los peces, “lo cual es beneficioso para satisfacer las necesidades y expectativas del consumidor”.
Las doradas seleccionadas utilizan eficientemente las nuevas formulaciones de los piensos en los que se reemplazan parcialmente harina de pescado con harina de insecto y proteína de célula única, en niveles del 33% y 66% respectivamente.
En definitiva, ni la selección genética ni el uso de nuevos ingredientes afectan la composición ni la calidad del filete en términos de textura o percepción sensorial, y se reafirma el impacto positivo en la mejora de los indicadores productivos clave en la dorada de acuicultura.
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