
Un estudio pionero llevado a cabo por investigadores del Grupo de Investigación de Acuicultura del IU-ECOAQUA de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha estimado la variabilidad genética del camarón blanco del Pacífico (Penaeus vannamei) cultivado en Ecuador, en atributos decisivos como la carne, la textura, morfología externa y rasgos de crecimiento, todos ellos esenciales para la aceptación del consumidor.
Las muestras de langostinos estudiadas provienen de la cuarta generación de langostinos del programa PMG-BIOGEMAR © y fueron criadas bajo un sistema de cultivo industrial en PRODUMAR, ubicado en Durán, Ecuador.
Con este estudio los investigadores han abordado un vacío significativo en el conocimiento actual al proporcionar estimaciones de heredabilidad para varios rasgos morfológicos y de calidad de la carne. Tales estimaciones, como señalan, son fundamentales para desarrollar estrategias de selección que puedan mejorar eficazmente estos rasgos en futuras generaciones.
Durante el estudio, los investigadores utilizaron tecnologías avanzadas como espectroscopía de infrarrojo cercano (NIR) y analizador de textura para evaluar las características de la carne del langostino.
Al analizar las correlaciones genéticas entre los rasgos de crecimiento y los de calidad de la carne, el estudio ofrece rutas potenciales para la selección indirecta, lo que podría permitir a los productores mejorar la calidad sin comprometer el crecimiento.
Es interesante notar que, aunque los rasgos de calidad de la carne como la composición y la textura son críticos para la aceptación del consumidor, estos mostraron heredabilidades bajas a medias, lo que sugiere que la mejora genética directa puede ser más desafiante y podría requerir estrategias de selección más sofisticadas.
Sin embargo, si se observaron correlaciones genéticas muy altas entre los rasgos de crecimiento y los rasgos morfométricos, lo que sugiere que la selección para mejorar el crecimiento también podrá mejorar indirectamente la morfología.
La investigación destaca el potencial de la selección indirecta como un método efectivo para mejorar la calidad de la carne a través de rasgos más fácilmente medibles como el tamaño y la forma, lo que podría ser una forma coste-efectiva de avanzar en los programas de cría.
Este trabajo, de gran importancia en Ecuador, ya que se trata del primer productor de langostino blanco tropical del mundo, también aporta a la comunidad científica global datos valiosos que pueden aplicarse en otras regiones y especies acuícolas.
La investigación sobre la genética del langostino ayuda, en definitiva, a trazar el camino hacia prácticas más sostenibles y económicamente viables en la acuicultura, enfocándose en la mejora genética como una herramienta para lograr estos objetivos.