La luteína es un pigmento amarillo perteneciente al grupo de las xantofilas que se puede extraer de una amplia variedad de plantas, algas y bacterias, y que entre sus usos tiene gran importancia como aditivo alimentario.
Actualmente la principal fuente de obtención de la luteína es la flor de la caléndula. Las microalgas también pueden ser una fuente interesante para la extracción de luteína ya que ofrecen ventajas evidentes como el rápido crecimiento y mayor rendimiento.
Una de las microalgas con mayor potencial para ser usada como fuente principal de luteína es Chlorella saccharophila. Sin embargo, se trata de una microalga verde con una gran pared celular lo que obliga a ‘romper’ la célular para obtener los extractos.
Los actuales métodos de extracción de carotenoides basados en la ruptura de la pared celular a través de tecnologías de ultrasonidos y microondas implican una generación excesiva de energía y calor que degrada estos compuestos.
De forma alternativa, recientemente están tomando fuerza las técnicas que incluyen líquidos iónicos como solventes, no tóxicos y altamente eficientes. Básicamente estos compuestos son sales orgánicas con el punto de fusión por debajo de los 100 ºC. Son consierados ‘verdes’ por su alta actividad de hidrólisis, baja volatilidad y excelente estabilidad térmica y química.
En la extracción con líquidos iónicos son importantes la temperatura, el tiempo, la concentración del solvente y la cantidad.
Para adaptar una técnica rentable no convencional de obtención de luteína, un equipo de investigadores utilizó la Metodología de Superficie de Respuesta que permite, a través de análisis multivariable, optimizar los parámetros experimentales.
La extracción ‘verde’ de carotenoides se realizó utilizando varios líquidos iónicos, siendo el que mejor resultado ofreció el tetrabutil fosfónico. Según los resultados, se pudo extraer 2,26 miligramos de luteína por cada gramo de microalga Chlorella en polvo.
La Metodología de Superficie de Respuesta mejoró la extracción de luteína en 10% con una concentración de 40% de líquido iónico, en 5 minutos a 25ºC.
Además, se observó una concentración de luteína de 92% en el líquido y una estabilidad térmica 3 veces más estable que en solventes convencionales como el etanol.