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Tamaño del gránulo de pienso y velocidad de suministro factores clave para bajar los costes en el cultivo de la dorada

Fotos Eloy Meseguer

Doradas en jaulas flotantes del Mediterráneo

Los estudios sobre el comportamiento alimentario de la dorada (Sparus aurata), una especie de alto interés en la acuicultura española, llevados a cabo por el Equipo de Acuicultura Marina del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (EAM-IMIDA), y que han estado cofinanciados a través del Fondo Europeo de Desarrollo Rural (FEDER), han permitido avanzar en su sostenibilidad y manejo aplicable a nivel de granja.

A través de prácticas zootécnicas simples y fácilmente aplicables por la industria, es posible mejorar el rendimiento productivo de las granjas al tiempo que se reduce el desperdicio del alimento y se mejoran las condiciones ambientales.

Dos son los aspectos zootécnicos a contemplar y que pueden ser comunes a cualquier especie de cultivo. El tamaño del gránulo de pienso y la velocidad en el suministro del alimento. Sin embargo, lo que cambia en el caso de los estudios realizados por el EAM-IMIDA es el enfoque de la problemática y la propuesta de una nueva perspectiva a tener en cuenta a la hora de seleccionar los aspectos zootécnicos.

A la vista de los resultados experimentales obtenidos en los diversos estudios llevados a cabo, se puede afirmar, por tanto, que el conocimiento científico generado desde el IMIDA permite mejorar la sostenibilidad y rentabilidad de las explotaciones acuícolas una vez consensuados con los agentes implicados en la industria del cultivo de la dorada, entre los que se encuentran productores, fabricantes de alimentos para peces, investigadores de otros centros, tecnólogos, formadores, y divulgadores científicos.

Los estudios además han servido de base para la elaboración de una Guía de Recomendaciones prácticas para la mejora del suministro de alimento en el engorde de dorada en viveros flotantes, editada por el Servicio de Formación y Transferencia Tecnológica de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.

La relevancia del comportamiento

Doradas en viveros flotantes

La dorada empezó a cultivarse en viveros flotantes en la Región de Murcia a mediados de los años ’80 del siglo pasado. Desde entonces se ha avanzado mucho en aspectos tan importantes para la industria como el diseño de instalaciones, la gestión del stock, inmunología, patología y nutrición, hasta el punto que hoy en día se considera una especie cuyo cultivo y mercado están consolidados en el Mediterráneo.

La dorada destaca por tener un aparato masticador muy potente fruto de la adaptación a una alimentación basada en marisco como moluscos bivalvos, gasterópodos y crustáceos que deben ser machacados antes de ser ingeridos para su proceso digestivo.

Este comportamiento “masticador” tan peculiar de los peces antes de la ingesta, trasladado al proceso de alimentación con pienso y en el fragor de la batalla en la competencia con otros peces, hace que se produzcan fragmentos de pellets y desperdicio alimentario considerable, que no hace mas que incrementar la fractura de costes ambientales de la actividad y, en paralelo, los costes empresariales en detrimento de la sostenibilidad.

El tamaño sí importa

En piscicultura el criterio para determinar el tamaño óptimo del alimento se basa en el tamaño del pez y su boca y, en base a ello se ha determinado que los gránulos de pienso deben tener entre un 25 y un 50 por ciento de la cavidad de entrada al tubo digestivo.

Este criterio funciona bien cuando se trata de una especie que no mastica el pienso antes de tragárselo, como sería el caso de la lubina o el salmón Atlántico. Pero en el caso de la dorada, con un alto grado de manipulación en la boca no es el criterio mas adecuado, como se ha puesto de manifiesto en los resultados de investigación del IMIDA que demuestran que, cuanto más grande es el gránulo del pienso, mayor desperdicio de alimento se genera. Este desperdicio ha podido ser cuantificado a través de modelos matemáticos desarrollados. Así, por tanto, el uso de gránulos más pequeños que los estándares recomendados por los fabricantes de alimento para peces, se pudo reducir considerablemente el gasto en alimento y la descarga de residuos orgánicos al medio (Ballester-Moltó et al., 2016).

El suministro también importa

Vivero de acuicultura para el cultivo de dorada

El número de gránulos por kg de alimento es obviamente mayor cuanto más pequeño es éste. Por otra parte, en cada unidad de producción o vivero, el número de doradas oscila entre las 150.000 y 350.000 unidades en función de su peso. Por consiguiente, factores importantes a tener en cuenta durante el proceso de alimentación van a ser la velocidad con la que se suministre el alimento y su distribución en el vivero.

Si el alimento se suministra demasiado despacio, las doradas con mayor capacidad para competir por el alimento relegarán a las menos agresivas o dotadas para alimentarse, que lo harán en un segundo plano, lo que conduce a una variabilidad de tamaños dentro de un mismo lote.

Por el contrario, si el alimento se suministra demasiado deprisa los dominantes no podrán “monopolizar” el alimento, pero los dominados tampoco podrán aprovecharlo al completo porque una parte escapará sin ser ingerida.

Reducir la variabilidad de tamaño de los peces al final de un ciclo productivo garantiza mejorar el valor de venta de los peces.

Por consiguiente, la recomendación es buscar el mayor equilibrio entre el tamaño del gránulo de pienso y la velocidad de suministro en función del tamaño de las doradas, no solo para minimizar el desperdicio sino, también, para minimizar la variabilidad de tamaños dentro de cada lote y sus repercusiones en el rendimiento de la explotación, como se desprende de los trabajos del EAM IMIDA (Aguado-Gimenez, 2020).

El control de la alimentación en la mayoría de las granjas marinas mediterráneas es llevado a cabo visualmente desde la cubierta de las embarcaciones poro los operarios especializados. Al margen del apetito de los peces, factores como la meteorología, la hidrodinámica y el estado de bienestar de los peces pueden influir en la ingesta en un momento dado.

El alimentador es quien determina la velocidad de suministro y cuando para en función del comportamiento de los peces y lo que su experiencia le dicta. Pese a la pericia y experiencia que este profesional pueda tener, el simple control visual se antoja insuficiente para garantizar una mejora tangible de la eficiencia del suministro como para mejorar el rendimiento de una producción de manera significativa. Por eso, es recomendable para monitorizar el proceso de alimentación, complementar esta tarea con la implementación de tecnología de visión submarina en solitario o combinada con acústica, emulando las acciones adoptadas por la industria de salmón Atlántico para alcanzar mayores cotas de rentabilidad y sostenibilidad.

Sostenibilidad y rentabilidad van de la mano

La sostenibilidad y la rentabilidad se pueden alcanzar en varias partes del proceso productivo. En origen, sustituyendo los caros ingredientes marinos por otras materias primas vegetales en los piensos. O, en destino, a nivel de granja, haciendo una buena gestión del pienso suministrado, es decir, reduciendo la cantidad minimizando el desperdicio.

En el cultivo de la dorada, entre el 50 por ciento y el 70 por ciento de los costes están asociados al alimento. Una buena gestión de la granja se establece a partir de ratios eFCR bajos para la especie que se obtienen tanto con buenos alimentos, como reduciendo la manera de suministrarlo y su influencia en la dispersión de tamaños, y como lo utiliza la dorada. Aspectos zootécnicos como estos han estado bastante desatendidos en los últimos tiempos.

El EAM-IMIDA en sus experimentos han demostrado a partir de simulaciones numéricas ajustadas a condiciones reales de cultivo intensivo que, controlando la velocidad de suministro se podría ahorrar hasta 0,06 euros por kg de dorada producida; mientras que, utilizando tamaños de gránulos adecuados hasta 0,02 euros por kg. Por tanto, y para una producción estándar de 1.000 toneladas anuales se podría traducir en un ahorro de 80.000 euros en alimento.

A una buena velocidad de suministro del alimento y tamaño de gránulo adecuado hay que añadirle otros beneficios relacionados como una menor dispersión de tamaño de los peces dentro de un mismo lote, por lo que el beneficio de venta podría llegar a incrementarse en 0,26 euros por kg de dorada producida.

También debemos contemplar los beneficios ambientales de una menor descarga de residuos orgánicos al medio en forma de alimento suministrado no ingerido y desperdiciado por masticado.

La implementación de estas mejoras zootécnicas como las planteadas podrían suponer dejar de desperdiciar hasta 0,11 kg de alimento por cada kg de dorada producida. No obstante, hay que tener en cuenta que estos resultados derivan de ensayos en condiciones de laboratorio muy controladas y de simulaciones numéricas, y aunque se trató de emular en la medida de lo posible las condiciones de cultivos en entornos intensivos reales, no han sido realmente validados en campo.

Transferencia a la industria

Los resultados de investigación del EAM-IMIDA que dieron como fruto la guía de Recomendaciones prácticas para mejorar el suministro de alimento en el engorde de dorada en viveros flotantes han sido un tanto “revolucionarios” después de décadas sin que los protocolos de alimentación de dorada hayan sido revisados sustancialmente. A falta de las pruebas definitivas en condiciones reales de cultivo intensivo, todo apunta a que es necesario actualizar el manejo del cultivo de la dorada en consonancia con el “mejor conocimiento posible”. No en vano, algunos fabricantes de alimento para doradas ya están introduciendo cambios importantes en sus recomendaciones de alimentación para los productores en consonancia cono los resultados de EAM-IMIDA, basados en una gestión alternativa del tamaño de los gránulos de pienso, en el ajuste de la velocidad del suministro y en la constatación del comportamiento alimentario de la dorada.

Notas del editor

Este trabajo ha sido escrito por Felipe Aguado y editado por misPeces. Las fotos han sido proporcionadas por Eloy Meseguer.

Dedicado a la memoria de Pedro López Vicente, auxiliar de pesca y acuicultura del EAM-IMIDA, gran observador del comportamiento de la dorada y experto en el mantenimiento de instalaciones acuícolas experimentales.

Referencias bibliográficas:

Ballester-Moltó et al., Sánchez-Jerez, P., García-García, B., García-García, J., Cerezo-Valverde, J., Aguado-Giménez, F. (2016). Controlling feed losses by chewing in gilthead seabream (Sparus aurata) ongrowing may improve the fish farming environmental sustainability. Aquaculture 464: 111-116. http://dx.doi.org/10.1016/j.aquaculture.2016.06.018

Aguado-Giménez, F. (2020). Effect of feed delivery rate and pellet size on rearing performance, feed wastage and economic profitability in gilthead seabream (Sparus aurata) ongrowing. Water 12: 954. http://dx.doi.org/10.3390/w12040954

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