Las fluctuaciones en las condiciones ambientales a escala global, exacerbadas por fenómenos climáticos como El Niño y La Niña en el Este del Pacífico, han alterado significativamente la biomasa y distribución de especies pelágicas claves como la anchoveta para la producción de ingredientes marinos.
Por ejemplo, el reciente enfriamiento de las aguas costeras en la zona Centro y Norte de Perú ha propiciado un entorno más favorable para la anchoveta, permitiendo alcanzar después de 34 días de faenas el 73% de la cuota asignada por IMARPE para este recurso, que representa el desembarco de 1,8 millones de toneladas.
Este tipo de variabilidad ambiental, como señala el ENFEN, el ente multisectorial del estado peruano encargado de monitorizar el fenómeno de El Niño, ha explicado que el enfriamiento está facilitando el avance de la temporada al reducirse el número de cierres por presencia de juveniles. Según señalan, se está registrando un amplio rango de tallas que incluyen individuos de 12 centímetros que es la talla normal de captura.
Una buena noticia para el sector de los Ingredientes Marinos a la vista de la volatilidad del precio de estas materias primas. Los fabricantes de alimentos para acuicultura que operan a escala global están recibiendo estas informaciones con esperanza y están moviendo ficha para adaptarse y mitigar los impactos futuros del cambio climático y los fenómenos como El Niño y La Niña extremos.
Estos fabricantes ven con preocupación un informe recientemente publicado por Sustainable Fisheries Partnership que apunta a una preocupante tendencia en el rendimiento de las pesquerías clave que suministran ingredientes marinos, como la harina y aceite de pescado.
Según este informe, estas pesquerías, vitales para la cadena alimentaria global y la economía de muchas regiones costeras, han experimentado un descenso en su manejo efectivo durante seis años consecutivos. Esto quiere que son necesarios un nuevo enfoque de gestión basado en el ecosistema y estrategias a largo plazo que puedan adaptarse a la dinámica cambiante del clima y los océanos.
Las empresas consideran que será clave en el futuro la colaboración entre gobiernos, empresas y organizaciones ambientalistas para desarrollar e implementar estrategias que permitan una gestión pesquera resiliente y sostenible a largo plazo.