Una penitenciaria en El Salvador acoge una piscifactoría de tilapias con el doble objetivo de evitar la ociosidad de los reclusos y para que se convierta en una herramienta para reinsertarse a la sociedad y sus familias.
Edgardo Padilla es uno de los más de 1.250 internos en la Granja Penitenciaria de Santa Ana, a 74 kilómetros de San Salvador, y es el encargado del área de acuicultura de dicho lugar. Con seis años en prisión y a punto de obtener su libertad, el interno ha adquirido los conocimientos necesarios para el cultivo de tilapias, las cuales sirven para la alimentación de los presos y también se venden a particulares.
En dicha granja penitenciaria, que es parte del Centro Penal de Apanteos en Santa Ana, hay cuatro estanques, cada uno con capacidad de 25.000 peces, y también se ha instalado un laboratorio de alevines, donde monitorean a las espacies hasta que puedan pasar a un estanque.
El interno comentó en una conversación con Efe que el objetivo es que la granja sea "autosostenible e independiente" y crear una alimentación propia a través de una actividad que conduzca a "una rehabilitación adecuada como privados de libertad".
Cada pescado de dichos estanques puede llegar a tener un peso de 1,20 libras (0,54 kilogramos) y puede llegar a medir entre 20 y 25 centímetros.
Padilla y siete de sus compañeros son capacitados constantemente para actualizar las técnicas y ampliar su conocimiento sobre la acuicultura.
"Cuando vine (a la granja) no sabía mucho de pescado, no tenía mucho conocimiento en cuanto a la reproducción del pescado, la tilapia. Ahora ya, primero Dios, cuando adquiera mi libertad voy a tener una herramienta más que me va a servir para suscitar en el medio social, con mi familia", manifestó Padilla.
Luis López, ingeniero agrónomo, explicó a Efe que a los internos se les capacita una vez por semana sobre producción de tilapia, manejo de estanques, tratamiento nutricional de los peces, enfermedades, entre otros temas.
"Ellos están técnicamente capacitados para tener su propio estanque cuando salgan de prisión", señaló López.
En dicha granja también se crían puertos, pollos, cabritos, y se cultivan diversas hortalizas como parte de los programas de rehabilitación Yo Cambio y Cero Ocio, implementados por el Gobierno salvadoreño.