La formulación de piensos multiobjetivo busca relacionar coste económico con coste ambiental sin que se vea comprometido el rendimiento de la granja y puede ser una solución prometedora para reducir la huella ambiental de la acuicultura, al igual que lo es para la ganadería terrestre.
La mayoría de las dietas están formuladas teniendo en cuenta las limitaciones económicas y nutricionales, por lo que buscan reducir la cantidad de harina y aceite de pescado tanto por razones de precio como de disponibilidad. Esto se consigue actualmente gracias a que se cuenta con un buen repertorio de ingredientes alternativos alto de menor coste y buen rendimiento nutricional.
Por otra parte, los ingredientes vegetales como la soja también impactan por el uso de la tierra de cultivo y el agua, por lo que es necesario encontrar reemplazos alto proteicos que tengan una menor huella ambiental.
En un estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional Francés de Investigación en Agricultura, Alimento y Medioambiente (INRAE), en el marco del proyecto ECOALIM se diseñó un “pienso ecológico” para trucha arcoíris utilizando el concepto multiobjetivo y compararon el rendimiento zootécnico y ambiental con una dieta comercial estándar con 16% de harina de pescado y 6,5% de aceite de pescado.
Los resultados obtenidos se han usado para un enfoque de ciclo de vida que permita estimar los impactos ambientales de 1 kg de aumento de peso corporal en la trucha arcoíris.
Respecto al impacto ambiental, los investigadores consideraron ocho categorías: cambio climático, consumo de energías no renovables, acidificación de nutrientes, eutrofización del agua, uso del suelo, consumo de fósforo, demanda de recursos biológicos naturales y demanda de agua.
El alimento “ecológico” diseñado ya no contiene soja y solo emplea la mitad de harina y aceite de pescado, que se vio compensada por el empleo de co-productos de aves y trigo. Con esto, no solo consiguieron reducir el impacto ambiental, también se redujo el coste del alimento un 8%. Las truchas, según señalan los investigadores, “crecieron tan bien como las alimentadas con comida tradicional, sin engordar”.
No obstante, los investigadores recuerdan que a pesar de que este enfoque parece ser prometedor para reducir los impactos ambientales de los piensos sin que necesariamente se vea reducido el rendimiento productivo de la trucha, debe realizarse más investigación a escala comercial.
Por ejemplo, señalan, el estudio tuvo una duración de 12 semanas. Se debe estudiar el rendimiento productivo para la producción de trucha de talla grande destinada a la elaboración de filetes ahumados, que requieren un tiempo de crianza mayor.
Este tipo de pienso también deben ser testados en la fase de alevinaje y con los reproductores para evaluar las consecuencias en la calidad del huevo y los impactos ambientales.