
No importa dónde se críe la dorada –ya sea en jaulas marinas o en estanques de tierra–, su perfil nutricional demuestra consistentemente que estos peces son ricos en ácidos grasos esenciales y aminoácidos, ambos componentes fundamentales para la salud humana.
Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Estambul y la Universidad de Bartin, en Turquía, ha demostrado el potencial de ambos sistemas de cultivo para producir pescado de alta calidad.
La investigación se centró en los cambios estacionales, analizando peces criados en verano e invierno. Los resultados, publicados en la revista científica Aquaculture International, revelan que las jaulas marinas superan a los estanques de tierra en cuanto a ácidos grasos omega-3, particularmente EPA y DHA, que son beneficiosos para la salud del corazón y el cerebro. Por otro lado, los peces criados en estanques de tierra presentaron un mayor contenido de lípidos, lo que los convierte en una opción práctica para la acuicultura en áreas no aptas para la agricultura convencional.
Con Turquía reconocida como el mayor productor mundial de dorada, el estudio destaca el potencial del país para expandir y diversificar aún más su industria acuícola. Más de 1.800 empresas en la región operan utilizando estanques de tierra, lo que demuestra la viabilidad de sistemas de baja salinidad para una acuicultura sostenible.
El pescado es una fuente vital de proteínas, y con la creciente demanda mundial de productos del mar, las prácticas acuícolas sostenibles son cada vez más importantes. El estudio enfatiza que las doradas cultivadas en estos sistemas no solo cumplen, sino que superan las expectativas nutricionales.
Además, la investigación identificó diferencias estacionales: las doradas criadas en invierno contenían niveles más altos de proteínas, atribuidos a su metabolismo más lento durante los meses fríos. Esta ventaja estacional ofrece una oportunidad para perfeccionar las estrategias de producción acuícola.
Aunque el estudio establece una base sólida, los investigadores subrayan la importancia de seguir explorando las propiedades sensoriales y el sabor de la dorada. Estas características, junto con su valor nutricional, son clave para garantizar la aceptación del consumidor y el éxito comercial.