Meses de negociaciones entre inversores noruegos y la Confederación Hidrográfica el Cantábrico han dado como frustrante resultado que la zona del viaducto de San Antolín paralela al río Bedón está considerada como “inundable” y, por tanto, no apta para la instalación de una granja para salmones cuya inversión de 50 millones de euros hubiera supuesto un revulsivo económico para el consejo de Llanes.
La granja estaba diseñada con las últimas tecnologías de recirculación en acuicultura, es decir, ofrecía las máximas garantías de bienestar, consumo mínimo de recursos y mejor impacto al medio ambiente.
El ayuntamiento, a través de las concejalías de Urbanismo y Agroganadería han estado apoyando el proyecto ya que, además de la parte productiva, llevaba asociado una planta de procesado y un centro de investigación.
Desde el consistorio no se oculta la decepción que ha supuesto este varapalo ya que hubiera supuesto, además de una oportunidad para diversificar la economía local con una actividad limpia e innovadora, la creación de 80 puestos de trabajo directo.