Investigadores de la Universidad de los Océanos de China han llevado a cabo un estudio nutricional de Schizochytrium – en este caso un microorganismo protista marino - en la alimentación de larvas de rodaballo (Scophthalmus maximus).
Esta estrategia de alimentación de larvas de rodaballo con harina de Schizochytrium a través de microdietas no ha sido descrita hasta ahora en el ámbito académico.
En el estudio se analizó el efecto de la suplementación en la supervivencia, crecimiento larvario, actividad de las enzimas digestivas y composición de ácidos grasos.
Los resultados del estudio muestran que entre 50 a 100 gramos por kilogramo de harina de Schizochytrium en microdietas puede mejorar el rendimiento de las larvas de rodaballo. El uso de esta ‘microalga’ mejoró el contenido de ácidos grasos poliinsaturados en músculo, por lo que se puede considerar “un aditivo muy valioso”.
Schizochytrium realmente no es una microalga, aunque por simplificación en el ámbito académico se denomina como tal. Se trata como se ha indicado de un protista heterotrófico – es decir no realiza fotosíntesis – que toma como fuente de carbono azúcares, y cuya capacidad de sintetizar ácidos grasos poliinsaturados es muy alta, entre el 10 al 50% del peso, del que hasta el 70% puede ser de DHA, dependiendo de la tecnología de cultivo empleada.
Uno de los mayores desafíos en larvicultura de peces marino es poder desprenderse de la dependencia de uso de alimento vivo como rotíferos y artemias para el desarrollo de los peces en este estado de vida. Este tipo de alimento suele presentar en ocasiones un bajo aporte de ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 del tipo EPA y DHA, lo que da problemas morfológicos y esqueléticos.
Como alternativa desde hace un tiempo se viene trabajando en el desarrollo de dietas microparticuladas que puedan reemplazar con un buen rendimiento en el crecimiento el alimento vivo.