
La llegada del invierno siempre es un momento de preocupación para los productores de peces en el Mediterráneo que deben adaptar sus animales a las nuevas condiciones cambiantes del clima, principalmente caracterizadas por bajas temperaturas y la inestabilidad de la salinidad por las lluvias.
Un momento crítico se produce cuando la temperatura del agua baja de los 17 grados centígrados, especialmente para la dorada o la corvina, ya que a partir de entonces puede comenzar a aparecer incidencia del síndrome de invierno.
En dorada, señala al respecto Sara Magalhaēs, el síndrome de invierno se identifica de manera clara cuando la temperatura baja de 15 grados centígrados a través de “pérdida de apetito en los peces, inmunodepresión y mayor susceptibilidad a agentes patógenos oportunistas”.
Por eso, la recomendación de la experta de Aquasoja, marca de acuicultura de Soja de Portugal, es la de “anticiparse y preparar los peces antes de que la temperatura baje”. A partir de temperaturas de 19 grados centígrados ya deben ser alimentados con piensos especialmente preparados para prevenir los efectos del invierno.
Como es sabido, los peces deben tener una buena salud del hígado para soportar los niveles de estrés por frío, lo que se consigue a través de extractos de plantas hepatoprotectores, emulsionantes y lisofosfolípidos probados desde hace años y que son incorporados en las dietas.
En el caso de la dorada, el pienso recomendado es Dorín, que tiene una densidad baja, en la que se usa un 16% de grasa marina de alto valor nutricional que garantiza un suministro óptimo de omega-3 y una mejor digestibilidad.

Dorín también está reforzado con contenido extra de vitaminas antioxidantes, nucleótidos y aceites esenciales que, además de protegerlos del síndrome de invierno, protegen a los peces contra bacterias y parásitos patógenos al favorecer su sistema inmunológico.
Para obtener los resultados deseados, señala Sara Magalhães de Aquasoja, estas dietas deben mantenerse durante todo el invierno mientras la temperatura del agua esté por debajo de los 17 o 18 grados centígrados.
En el caso de la corvina, el pienso convencional Regius de Aquasoja puede continuar administrándose para afrontar mejor el estrés por frío ya que aporta buenos niveles de ácidos grasos omega-3 de cadena larga como EPA y DHA, e incluso, el uso de fosfolípidos.
La dieta Regius, cuenta con un contenido en grasas entre el 16 y el 18% - dependiendo del tamaño del gránulo -, e incluye interesantes niveles de aceite de pescado seleccionado, aportando un alto contenido en EPA y DHA. Además, el alimento se complementa con fosfolípidos. Estas características permitirán a la corvina hacer frente a los cambios en la fluidez de las membranas celulares derivados de la baja temperatura del agua.
Además de la óptima alimentación, señala Sara Magalhães, los productores deben esmerar los cuidados de los peces a través de buenas prácticas de gestión del alimento, la cantidad de pienso suministrado por día y el tamaño óptimo del gránulo para los peces.