Rica en proteínas, vitaminas y minerales, la lechuga de mar o Ulva spp busca hacerse un hueco en nuestras dietas, y también, en la producción industrial y ambiental. Pese a que ahora es tendencia incorporar esta alga a los platos más innovadores de la cocina, lo cierto es que la lechuga de mar ha sido consumida en diferentes culturas de regiones costeras, así como usada como fertilizante en agricultura.
El nombre lechuga de mar no se refiere a una sola especie, sino que abarca un género de especies con diferentes características morfológicas y bioquímicas, extremadamente diverso y adaptable a diferentes usos. Desde una perspectiva nutricional, la lechuga de mar tiene una composición en aminoácidos comparable a la soja o el huevo, con la ventaja añadida de que su producción se puede hacer sin necesidad de tierra agrícola ni agua dulce.
Varias cosas se pueden destacar de esta alga. Por un lado, su rápido crecimiento y eficiencia ecológica. En condiciones idóneas, esta alga es capaz de duplicar su biomasa en solo unos pocos días, convirtiéndose en un cultivo altamente eficiente comparado con los cultivos terrestres tradicionales. Además, su cultivo promete contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas gracias a su capacidad de ser usada como alimento; y también, a que junto con su crecimiento en biomasa reduce el exceso de nutrientes, mejorando la calidad del agua donde crece.
En el ámbito biotecnológico esta alga verde también tiene un gran potencial para transformar industrias basadas en recursos fósiles como los derivados del petróleo, lo que ayudará a reducir significativamente la huella de carbono. Para ello, es importante tener en cuenta los avances que se están realizando en genética para mejorar sus capacidades de cultivo y eficiencia. Su genoma relativamente simple y la capacidad de transformación genética la convierte en un organismo modelo ideal para estudios avanzados de biología marina.
Por el momento, el cultivo a gran escala no está disponible ya que se debe seguir innovando en técnicas de cultivo que garanticen la viabilidad económica y la sostenibilidad ambiental de su producción.