Ecuador es uno de los principales productores de langostinos vannamei en el mundo gracias a las privilegiadas condiciones de las 200 000 hectáreas con las que cuenta el país para el cultivo de este crustáceo.
Según datos de la Cámara Nacional de Acuacultura, en 2021, el país exportó más de 848 000 toneladas en volumen y generó 5 300 millones de dólares en divisas.
En la primera mitad de este año, por su parte, estas exportaciones han vuelto a crecer alcanzando más de 500 000 toneladas, un 33% más que en el mismo periodo del año anterior. En valor estas exportaciones han representado más de 3 000 millones de dólares, un 58% más que en el mismo periodo del año anterior.
Para conseguir mejorar este desempeño, el sector está trabajando en la modernización de las granjas y está invirtiendo en programas de mejora genética.
El langostino ecuatoriano tiene como mercados principales Estados Unidos de América, China y Europa. A nivel global la demanda de langostinos en el mundo se estima en los 2,85 millones de toneladas.
Pero el potencial de Ecuador podría ser mucho más elevado según lo expresado por Robins McIntosh, vicepresidente de Charoen Pokphand Foods Public Company Limited (CPF), en Tailandia. El directivo aseguró recientemente que Ecuador tiene capacidad para alcanzar en 2027 los 2,5 millones de toneladas de producción lo que haría que el país sudamericano domine "la industria mundial de langostino de cultivo", una situación como aseguró "no dejará espacio para otros países".
Pero, lejos de estar de acuerdo con esta afirmación, José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura de Ecuador, ha querido desmarcarse al afirmar que se trata de unas declaraciones efectuadas "a título personal de una apreciación que él tiene de nuestra industria, pero no reflejan ningún plan o estrategia nuestro".
Como señala Camposano, el potencial está, pero crecer por crecer "no es lo saludable en acuicultura. Hay muchas otras variables a considerar. El objetivo es eficiencia, no crecimiento per se".