
Los sistemas intensivos para el cultivo de especies acuáticas han cobrado relevancia en los últimos años por alinearse con las tendencias actuales de la acuicultura, que buscan maximizar la producción en áreas limitadas, mejorar la eficiencia del uso del agua y reducir el impacto ambiental, lo cual es esencial para la sostenibilidad de la acuicultura comercial.
En este contexto, destaca una investigación reciente realizada por la Universidade Federal do Rio Grande en Brasil, en colaboración con el Virginia Polytechnic Institute and State University en EE.UU. Este estudio comparó la eficiencia y la supervivencia en tres sistemas de cultivo superintensivo de camarón blanco en baja salinidad: el sistema de recirculación acuícola (RAS), el sistema biofloc y un sistema simbiótico que utiliza salvado vegetal procesado con probióticos para fertilizar el agua.
Al comparar los sistemas, los investigadores concluyeron que, el sistema simbiótico es el más adecuado para el cultivo hiper-intensivo de camarón blanco tropical, debido a su mejor control de compuestos nitrogenados, mayor crecimiento de microorganismos beneficiosos y un mejor rendimiento productivo en comparación con los otros sistemas.
El sistema biofloc, por su parte, mostró mayor abundancia de fitoplancton, pero su control del amoniaco fue menos eficiente. El RAS, por otro lado, proporcionó un buen control de los compuestos nitrogenados, pero con un rendimiento general más bajo.
¿Cómo llevar esta experiencia a niveles comerciales?
El sistema simbiótico es una opción prometedora para su escalado comercial porque no requiere tanta infraestructura técnica como el RAS. Sin embargo, es necesario manejar a gran escala la producción de probióticos y fertilizantes orgánicos (como el salvado vegetal), lo que significa implementar sistemas de fertilización industrial y la monitorización del agua.
Por otra parte, escalar cualquier de estos sistemas a un nivel comercial requiere de inversión en tecnología avanzada y formación adecuada del personal.