La acuicultura ecológica, también llamada biológica u orgánica, está estancada en la Unión Europea y solo representa el 6,4% del total de especies acuícolas consumidas. Una cifra que se antoja lejana al objetivo planteado desde la Comisión Europea de que sea el 25% del total en 2030.
Parte de este estancamiento viene producido por la falta de demanda del consumidor, y otra parte, por barreras técnicas y normativas, entre las que se encuentran: las dificultades para cumplir con las regulaciones de la Unión Europea en términos de bienestar animal; la necesidad de separar las producciones ecológicas y convencionales; o la menor densidad de cultivo requerida. También están los altos costes de los piensos y la dificultad para encontrarlos para determinadas especies; la falta de disponibilidad suficiente de juveniles ecológicos; así como la no posibilidad de utilizar determinados antiparasitarios.
En el caso del abaratamiento de los piensos, en el marco del proyecto europeo H2020 NewTechAqua, los investigadores Alicia Estevez del IRTA, y Phelly Vasilaki, del Nea Araki Evia de Grecia, han estudiado el potencial nutricional de la harina del guisante certificadas como ecológica para el engorde de trucha arcoíris y dorada también de producción orgánica.
Este estudio obedece a la necesidad de encontrar nuevas fuentes de proteínas que permitan reducir el coste de los piensos sin que se vea afectado ni el rendimiento productivo, ni el estado fisiológico de los peces.
Diseño experimental y resultados
Los piensos experimentales se elaboraron con dos inclusiones de proteína de guisante en forma de harina, 10% y 21,5% respectivamente para trucha arcoíris, y de 8,5% y 19% respectivamente para la dorada, que fueron usadas para reducir la cantidad de harina de pescado. Los piensos de dorada contaron también con la inclusión de 2% de macroalgas que tuvieron un papel de aditivo alimentario.
Los ensayos experimentales se llevaron a cabo con juveniles de trucha arcoíris de 60 gramos y con doradas de 145 gramos que fueron alimentadas dos veces al día durante 2 meses.
Para cumplir con la normativa europea de producción ecológica, los peces se mantuvieron en un sistema de flujo abierto sin adición de oxígeno a una densidad de 25 kilogramos por metro cúbico.
Al final de la prueba se pesaron todos los peces para calcular el crecimiento relativo y el crecimiento específico. Además, se calcularon los índices vivcerosomático y hepatosomático. Se utilizaron muestras del músculo dorsal e hígado para los análisis bioquímicos: contenido de proteínas, lípidos y perfil de ácidos grasos.
En ambos ensayos, los peces alimentados con la dieta control mostraron la mayor tasa de crecimiento. En la trucha arcoíris, los peces que recibieron la dieta con bajo contenido de proteína de guisante mostraron una tasa de crecimiento similar a la del grupo de control. En el caso de la dorada ni el índice de conversión somática, ni la alimenticia, mostró diferencias entre los grupos. Mientras, en la trucha arcoíris la mejor conversión se obtuvo con el alimento que contenía 10% de proteína de guisante orgánica, mientras que los peces alimentados con el 21,5% de proteína de guisante mostraron un índice viscerosomático más alto, lo que indica una mayor acumulación de grasa perivisceral.
En lo que respecta a la composición del filete, ambas especies mostraron un mayor contenido de proteína cuando los peces fueron alimentados con el mayor nivel de inclusión de proteína de guisante, mientras que la composición de lípidos tuvo los niveles más bajos en los peces alimentados con el mayor contenido de proteína de guisante.
Como señalan los investigadores, la calidad del producto final en términos de contenido de proteína y ácidos grasos también fue “muy alta y saludable, lo que va a dar un valor añadido al pescado en el mercado”. Además, como añaden, “la reducción de los niveles de inclusión de harina y aceite de pescado procedente de residuos de pescado también conttribuirá a reducir los altos niveles de fósforo y el coste de los alimentos.
La composición del filete en ambas especies mostró un mayor de proteína cuando los peces fueron alimentados con el mayor nivel de inclusión de proteína de guisante. A su vez, los lípidos también tuvieron los niveles más bajos en los peces alimentados con el mayor contenido de guisantes.