El enriquecimiento ocupacional de los peces en granja surge como una estrategia para mejorar el bienestar de estos a través de la estimulación de sus habilidades cognitivas, proporcionándoles una oportunidad de interactuar y controlar su ambiente.
Aunque se trata de una corriente nueva en el área de la investigación acuícola, ya existen grupos que estudian el bienestar animal que están avanzando en esta disciplina.
Uno de esos grupos es el de Comportamiento Animal y Sistemas de Crianza del INRAE, en Francia, que recientemente han presentado un estudio con trucha arcoíris, el pez de granja más producido en la Unión Europea, en el que se determinó cuál es la previsibilidad alimentaria más adecuada y cuáles son sus consecuencias para su bienestar.
Para ello, los peces fueron sometidos a una serie de experimentos en el que se buscaba repetir patrones que los peces pudieran asimilar como eventos de alimentación. Según señalan, probaron patrones temporales, con base a la hora del día; con señales en boyas distribuidas; otra mixta temporal y con boyas; y una impredecible con tiempos de alimentación aleatorios.
Los resultados comportamentales y zootécnicos registrados fueron la actividad de natación, comportamientos agresivos, explosión de aceleraciones y saltos, reactividad emocional y crecimiento.
Los resultados han sido publicados en la revista Scientific Reports muestran que, a partir de la segunda semana de acondicionamiento, los peces pueden prever la alimentación diaria con base en el tiempo y burbujas, como se vio evidenciado por el aumento de la actividad de natación antes de la alimentación, o durante las pruebas de ayuno, lo que permite reforzar la respuesta condicionada.
De todas las pruebas, esta fue la que provocó la mayor respuesta condicionada y el menor nivel de comportamientos agonísticos antes de la alimentación, con una explosión de aceleraciones y saltos menor respecto la previsibilidad temporal sola.
El mayor aumento del comportamiento agonístico y agresivo antes de la alimentación con solo la previsibilidad temporal sugiere que una estrategia basada solo en el uso del tiempo como único predictor de alimentación puede ser perjudicial para el bienestar de los peces.
Por su parte, la previsibilidad señalizada solo con burbujas tuvo como respuesta menos comportamientos agonísticos antes de la alimentación, explosión de aceleraciones y saltos.
Curiosamente, destacan los autores de este trabajo, la actividad de natación de los peces durante la difusión de burbujas también reveló quue estas eran altamente atrayentes, independientemente de la condición.
El crecimiento de la trucha arcoíris y la reactividad emocional no se vieron afectadas por la condición de predictibilidad.
En conclusión, los investigadores consideran que el uso de burbujas como predictor de la alimentación puede representar un abordaje interesante para mejorar el bienestar de la trucha arcoíris en granjas, actuando como un enriquecimiento ocupacional y físico.
Referencia:
Kleiber, A., Le-Calvez, JM., Kerneis, T. et al. Positive effects of bubbles as a feeding predictor on behaviour of farmed rainbow trout. Sci Rep 12, 11368 (2022).
Te puede interesar
Agenda
-
12febmié, 12 feb - jue, 13 febPordenone (Italia)
-
22septlun, 22 sept - jue, 25 septPalacio de Congresos de Valencia
Último reportaje
-
Cormorán grande: enemigo número uno de la piscicultura y biodiversidad acuática
El crecimiento exponencial de estas aves en las últimas décadas provoca la pérdida de 300.000 toneladas de peces silvestres y cultivados en Europa todos los años