Un estudio ha demostrado que salmones alimentados con aceite de camelina genéticamente modificado contienen más del doble de omega-3 que aquellos alimentados con dietas comerciales estándar, convirtiéndolos en un alimento funcional y saludable para el corazón. Esta es la conclusión de un estudio pionero publicado recientemente en Food Chemistry.
Los salmones alimentados con los piensos que contienen camelina modificada ofrecen un importante impulso para la salud cardíaca. Con una porción de 140 gramos que podría cumplir potencialmente con dos tercios de la ingesta semanal de omega-3 recomendada, según las guías establecidas por organismos como la Sociedad Internacional para el Estudio de los Ácidos Grasos y Lípidos y Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés).
La investigación, un esfuerzo colaborativo entre científicos de la Universidad de Stirling, BioMar y Rothamsted Research, se llevó a cabo durante nueve meses hasta que los salmones alcanzaron un tamaño de 3 kilogramos. Las pruebas se hicieron en una granja en condiciones semi-comerciales. Los investigadores diseñaron meticulosamente las dietas para ser ricas en proteínas y equilibradas en grasas. Un grupo de peces recibieron una mezcla de aceites de pescado y de canola, mientras que otro se obtuvo exclusivamente aceite de Camelina sativa transgénica, rica en los codiciados ácidos grasos omega-3 EPA y DHA.
A medida que los salmones crecían, sus dietas evolucionaban para adaptarse a la talla de los peces. El alimento inicial consistía en aproximadamente la mitad de proteínas basadas en plantas y un pequeño porcentaje de proteínas de animales terrestres. La proporción de harina de pescado disminuyó a medida que avanzaba el experimento, en paralelo con un aumento en el contenido de aceite añadido, demostrando un cambio hacia prácticas más sostenibles y amigables con el ambiente.
El estudio ha validado que el uso de aceite de Camelina no afecta el crecimiento o las tasas de supervivencia del salmón, lo que permite aclarar las preocupaciones sobre los posibles impactos de los componentes modificados genéticamente en el alimento. Este hallazgo es un respaldo para la industria de la acuicultura, que se esfuerza por satisfacer las demandas duales de sostenibilidad y conciencia de la salud entre los consumidores modernos.
Las implicaciones del estudio van más allá de la nutrición. Al incorporar aceite de camelina transgénica, la industria podría reducir su dependencia de ingredientes marinos más costosos y menos sostenibles. Sin embargo, los investigadores reconocen que la adopción de productos genéticamente modificados viene con obstáculos regulatorios y de aceptación del mercado que deben superarse para que tales innovaciones se establezcan.
Este estudio no solo anuncia una era más saludable y sostenible para la cría de salmón, sino que también ejemplifica la sinergia entre la ciencia y la tecnología en la revolución de la producción de alimentos. Es un paso adelante para el sector de la acuicultura global, prometiendo un futuro donde nuestro marisco no solo es mejor para nosotros, sino también más amable con el planeta.