Usan microalgas para cultivar arándanos en el desierto

Investigadores chilenos del Centro de Bioinnovación de la Universidad de Antofagasta, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) han desarrollado los primeros cultivos de microalgas para nutrir suelos en uno de los lugares más áridos del mundo, el desierto de Atacama, e implementar la inédita plantación de arándanos en la localidad de Toconao.

Las microalgas hidrolizadas serán utilizadas para mejorar el sustrato, ya que estos suelos tienen bajo contenido en materia orgánica y un pH alcalino que no permite desarrollar especies hortícolas o cultivos agrícolas.

Las variedades de arándanos que se están probando son la Emerald o Flicker, que tienen bajos requerimientos de horas de frío.

Loreto Cavieres explica que el proyecto se está llevando a cabo en una escala piloto en la Universidad de Antofagasta, donde se cultivan las microalgas con aguas residuales y se llevan a cabo los hidrolizados proteicos y bioestimulantes.

Una vez se obtiene el producto de microalgas se elabora el sustrato donde se harán crecer las plantas de arándanos en 500 macetas. De estas, 130 serán monitoreadas en laboratorio para controlar variables y darles el manejo adecuado. El resto se evaluarán en condiciones de campo en la cooperativa Lickanantay.

En este sentido, Francine Brossard de FIA ha indicado que el hidrolizado de microalgas “tiene un efecto que mejora y nutre el suelo”. Además, añade, “son un recurso renovable que viene a ser parte de la economía circular, de la cual se obtienen productos de alto valor como los bioestimulantes que permitirán tener frutos en una zona en la que antes era impensable, abriendo las opciones de producción para los agricultores”.

Los resultados servirán para incentivar, capacitar y transferir conocimientos a pequeños agricultores de la región para que puedan replicar este sistema y contribuir a la diversificación de la matriz productiva en la región.