
Juan Manuel García de Lomas, un experto con una larga trayectoria en el sector de la acuicultura, ha expresado en entrevista para misPeces su profunda preocupación por la situación crítica que atraviesan las salinas y esteros de la Bahía de Cádiz, debido a la inacción de las administraciones con responsabilidades en este entorno.
Para García de Lomas, estos enclaves no solo son un pilar fundamental para la sostenibilidad ambiental y la biodiversidad, también son una fuente de actividad económica, social y cultural de la Bahía, reflejado en las casas salineras y los molinos de mareas, que forman parte del paisaje histórico.
Como alguien que ha estado activamente involucrado en el desarrollo acuícola en la Bahía de Cádiz, considera que esta inacción y dejadez de las distintas administraciones, junto con una gestión inadecuada, en particular la liderada por la Demarcación de Costas bajo la dirección de Patricio Poullet, están teniendo consecuencias graves. No solo poniendo en riesgo la preservación del entorno natural, sino también la seguridad de las ciudades que comparten territorio con este entorno. En este sentido, explicó que uno de los casos más graves es el que afecta a algunas barriadas de la ciudad de San Fernando, como la antigua Almadraba, que corre el peligro de sufrir inundaciones a corto plazo.
En su análisis, García de Lomas destaca la importancia de las empresas que todavía mantienen en funcionamiento las salinas y esteros para la preservación del entorno. Estas empresas no solo garantizan la explotación económica, sino que también se encargan de mantener en buen estado las estructuras del Parque Natural, como las "vueltas de afuera", esenciales para la defensa frente a la subida del nivel del mar y otros efectos del cambio climático. Las salinas abandonadas, por otro lado, han quedado bajo la responsabilidad de la Demarcación de Costas, que no está cumpliendo con su deber de conservación, lo que agrava el deterioro ambiental, económico y social de la Bahía.
Este abandono, al contrario de lo que defiende el jefe de la demarcación de Costas, provoca la degradación de las salinas, que no se convierten en marismas naturales, sino en áreas empobrecidas sin biodiversidad, afectando tanto a la flora y fauna locales como a las oportunidades económicas.

Juan Manuel García de Lomas, apoyado por su amplia experiencia en innovación y desarrollo, explica que el tiempo corre en contra de este entorno natural, especialmente en el contexto del cambio climático en el que nos encontramos. Si la inacción continúa, advierte que, en cinco años, seremos testigos de la pérdida de gran parte de las salinas del Parque Natural Bahía de Cádiz.
Aunque la Demarcación de Costas desempeña un papel crucial, no es la única administración responsable de la situación. García de Lomas reconoce de manera positiva el apoyo reciente de la Junta de Andalucía, especialmente a través de la aprobación del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Natural Bahía de Cádiz.
Según él, estas normativas representan avances significativos que podrían impulsar nuevas inversiones y revitalizar tanto las salinas como la acuicultura, un sector con el que está estrechamente relacionado y que es clave para el desarrollo sostenible de este espacio. No obstante, cree que esta administración podría hacer más por la recuperación del entorno, involucrándose con mayor intensidad, como ya lo ha hecho con la adquisición de zonas de marismas y esteros en la margen derecha del Guadalquivir.
Por otro lado, también critica la falta de acción del Ayuntamiento de San Fernando en la conservación de las salinas bajo su responsabilidad. Un caso que sirve como ejemplo de esto es el de la salina de San Cayetano, cuyo deterioro ha causado la interrupción del sendero del Carrascón. Aunque el Ayuntamiento asumió la responsabilidad de mantener este sendero, no lo ha hecho, lo que ha generado una ruptura en la "vuelta de afuera" y ha puesto en grave peligro la actividad de la salina Los Ángeles de San Cayetano, la única que sigue produciendo en extensivo en la Isla de San Fernando.
Ante esta situación, García de Lomas hace un llamado a la acción conjunta de todas las administraciones implicadas. Subraya la necesidad urgente de implementar medidas de protección y conservación que no solo favorezcan el desarrollo económico, a través de actividades como la acuicultura, sino que también mitiguen los efectos del cambio climático que afectan especialmente a la Bahía de Cádiz.
Para él, las administraciones tienen capacidad financiera para acometer este plan de acción, especialmente teniendo en cuenta que en el entorno de la Bahía de Cádiz viven aproximadamente 450.000 personas. Además, insta directamente a la Demarcación de Costas a realizar una inversión para convertir al menos una salina en marisma y demostrar si ese cambio es realmente sostenible y viable, ya que considera que el abandono absoluto del dominio público marítimo-terrestre no es una solución adecuada.
En definitiva, García de Lomas enfatiza que
proteger las salinas no es solo una cuestión ambiental, sino un deber cultural y social. Las salinas no solo forman parte del patrimonio natural, sino también del patrimonio arquitectónico e histórico, y su abandono representaría la pérdida de elementos únicos como las casas salineras y los molinos de mareas, fundamentales para la identidad de la Bahía de Cádiz.