La cría en cautividad del pez globo (Leiodon cutcutia) presenta desafíos únicos asociados a su comportamiento territorial y agresivo, así como a la necesidad de condiciones de aguas limpias para evitar infecciones fúngicas.
Este pez es interesante para su producción en cautividad no solo por su atractivo visual en acuarios y comportamiento interesante, también por su papel en la conservación, investigación y educación, y su contribución a la industria económica en acuarios.
Sin embargo, los beneficios de la producción en cautividad de estos peces merecen la pena gracias a la contribución para la conservación de la especie y su comercialización en la industria de peces ornamentales, reduciendo la presión sobre las poblaciones silvestres.
La especie muestra dimorfismo sexual, donde las hembras presentan manchas blancas en el cuerpo y son más grandes que los machos.
Para conseguir la reproducción, es importante la inducción hormonal con ovaprim en dosis de 0,25 a 0,29 mililitros por kilogramo de peso. Durante el cortejo, los machos persiguen y rodean a las hembras. Durante el desove, el macho dobla su cuerpo cerca de la hembra y golpea frecuentemente la región ventral de esta, lo que culmina con la liberación de gametos y la fertilización externa de los huevos.
Los huevos fertilizados se adhieren al substrato y son guardados por el macho hasta la eclosión.
Durante la incubación es importante mantener una temperatura estable y buena aireación. Las larvas se alimentan inicialmente con rotíferos y nauplios de artemia, y posteriormente se les suministraron lombrices, larvas de insectos e intestinos de peces pequeños al alcanzar la etapa alevín.
Es importante destacar que, aunque la cría en cautividad de esta especie es posible, sigue siendo un proceso complejo y desafiante que necesita de un conocimiento profundo de sus necesidades biológicas y ambientales, así como una atención meticulosa a los detalles en cada etapa de proceso de cría.