Investigadores especialistas en bienestar de peces de acuicultura animan a repensar sobre cómo debe ser la densidad de cultivo ideal capaz de ofrecer “el óptimo” en términos de rendimiento económico para el productor y de bienestar de los peces.
En un artículo de opinión publicado en Frontiers, los investigadores del Grupo de Etología y Bienestar de Peces (FishEthoGroup) en colaboración con colegas del ISPA Instituto Universitario de Lisboa y del IMEDEA-CSIC han usado un juego de palabras para animar a la academia y a los productores a buscar la “densidad de oro” que permite el equilibrio entre rendimiento y bienestar, es decir, que no comprometa la salud de los peces.
Pablo Arechavala, uno de los autores de este artículo ha indicado a misPeces que lo difícil en estos casos es “calcular o sugerir de antemano un valor específico de densidad”, como hacen determinados estándares de calidad, “ya que hay muchos factores a tener en cuenta, y existen muchas discrepancias en los estudios científicos publicados ya que depende de la especie, fase de vida y características del sistema de producción”.
Por eso, señala, sugerimos que se deje de buscar ese “número mágico” de una manera directa, y que se centren en los indicadores, tanto de producción como de bienestar. Estos indicadores los llevarán indirectamente a la densidad de peces óptima que deben usar para una determinada especie, fase de vida y sistema de producción”. Esto sucede porque los efectos de la densidad de crianza sobre el bienestar de los peces “son complejos e implican muchos parámetros de interacción”.
Como explican en su artículo, existe un triángulo teórico a modo de intersección entre bienestar de los peces, densidad y beneficio económico que debe ser el objetivo de la industria, con sombras alrededor que pueden ser consideradas “intervalos de confianza”. Densidades de cultivo muy bajas o muy altas “pueden tener impactos negativos en el bienestar”.
Como abordaje preferible de este complejo asunto los investigadores recomiendan usar indicadores de bienestar operativos como, por ejemplo, la calidad del agua, la salud, la condición nutricional e indicadores de comportamiento, garantizando consecuentemente, buenas prácticas de manejo.
Los investigadores entienden que los esquemas de certificación o los organismos reguladores deseen un valor al que aspirar. Sin embargo, la propuesta que lanzan desde FishEthoGroup es que esa densidad se considere como una “recomendación”, y que los indicadores sólidos de bienestar en dicho esquema o regulación sean “el componente principal para la evaluación del cumplimiento”.
En este sentido, añaden, los organismos de certificación actuales o futuros que tienen como objetivo abordar el bienestar de los peces en acuicultura deben “evitar depender de un valor fijo y centrarse más bien en aspectos de bienestar y bunas prácticas de gestión”.
En ausencia de legislación específica al respecto, concluyen, “estas etiquetas de certificación no solo mejorarán la calidad de vida y bienestar de los peces, también traerán beneficios éticos y económicos a las empresas”.
FishEthoGroup está compuesto por un equipo de profesionales centrados en mejorar el bienestar de los peces en función de sus comportamientos. Para llevar a cabo su objetivo desarrollan acciones científicas y aplicadas mediante la promoción de la investigación, la ayuda a la difusión del conocimiento, la consultoría y la formación sobre el bienestar de los peces.
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