Investigadores del University College de Dublin han realizado un interesante y novedoso estudio interdisciplinario sobre cómo se tendría que hacer para avanzar en el conocimiento para la expansión del cultivo de algas desde una perspectiva de gestión de la sostenibilidad.
Como señalan, el cultivo de macroalgas marinas está recibiendo cada vez más atención de la academia y la sociedad por su potencial para una alimentación sostenible en el medio y largo plazo, y contribuir a la mitigación del cambio climático, la restauración de los ecosistemas y la seguridad alimentaria.
Dentro de la Unión Europea, la industria de las algas marinas está respaldada por estrategias políticas alineadas con el Pacto Verde Europeo y la transición a una “bioeconomía azul circular”. Además, se ha creado una plataforma para promover la producción y el uso de algas en Europa.
Esto ha hecho que el número de empresas basadas en algas haya aumentado un 150% en la última década en sus diversas aplicaciones, y que incluyen los alimentos y piensos, productos farmacéuticos, cosméticos, bioplásticos, bioenergía y biocombustibles. Las inversiones en algas se duplicaron entre 2020 y 2021 alcanzando una mayor cantidad de acuerdos y con nuevas empresas surgiendo en Europa.
Sin embargo, como señalan, la capacidad para cultivar algas en Europa sigue siendo pequeña y la producción aún es muy dependiente de la recolección silvestre. Aproximadamente el 99% de la oferta mundial de las algas marinas cultivadas procede de Asia.
Irlanda como modelo a seguir
Si bien Irlanda se encuentra entre los mayores proveedores de macroalgas marinas de Europa, , con una larga tradición de cientos de años en el uso de este recurso, las 30 000 toneladas anuales de producción prácticamente son por cosechas silvestres, ya que el cultivo solo representa el 1% de este total. Además, la mayor parte de las cosechas silvestres son de una única macroalga, Ascophyllum nodosum.
Con volumen todavía incipiente, lo cierto es que el número de empresas ha ido aumentando de 12 a 43 en un periodo de 15 años. Existen proyectos piloto y pequeños sitios para el cultivo de especies: de algas pardas, Alaria esculenta, Saccharina latissima y Laminaria digitata; así como algas rojas, Palmaria palmata.
Como señalan los investigadores, el cultivo de algas aún se enfrenta a importantes y múltiples desafíos e incertidumbres para que el sector pueda desarrollarse plenamente, que van desde los operativos hasta los institucionales. Y que van desde el establecimiento de empresas a las cadenas de suministro responsables.
Para el desarrollo del sector de cultivo de algas, se deben tener en cuenta aspectos como el entorno natural, el desarrollo de las comunidades costeras rurales, el compromiso con los actores locales y los clientes.
Además, añaden, el cultivo de algas debe percibirse como “una forma más responsable de suministrar algas marinas al evitar la sobreexplotación de los recursos silvestres y garantizar una calidad y cantidad consistentes en el suministro”.
Sin embargo, como explican, “los conflictos locales emergentes” indican la relevancia de la planificación integrada con respecto a la participación y las asociaciones locales, junto con la necesidad de estrategias políticas a largo plazo dedicadas a la acuicultura “alineadas con los múltiples usos de las áreas costeras y marinas”.
Los hallazgos de este trabajo que ha sido publicado en la revista científica Aquaculture, añaden, “contribuyen a una discusión más amplia sobre la gestión de la sostenibilidad en los sistemas acuícolas y los roles del cultivo y suministro de algas marinas dentro de los objetivos de Pacto Verde Europeo y el desarrollo de una “bioeconomía azul circular”.
Estos resultados, “pueden ayudar a guiar una mejor toma de decisiones de los posibles productores, organismos de certificación y legisladores en Irlanda y más allá”.
“Queda por investigar la escala y el impacto de la expansión, así como las formas de aumentar la conciencia social sobre el cultivo de algas marinas y sus productos derivados”. Esto exigiría “una mayor colaboración y un sistema de gobernanza dedicado capaz de integrar los vínculos entre los diferentes sectores y los objetivos de las partes interesadas desde la producción hasta los niveles de consumo”.
La investigación futura podría aplicar la misma metodología a otros contextos, investigar diferentes segmentos de clientes y percepciones sociales, optimizar la selección y la logística del sitio, y los mecanismos que podrían permitir procesos justos y equitativos a lo largo de toda la cadena de suministro.
Más información:
Mariana Cerca, Amanda Sosa, Fionnuala Murphy. Responsible supply systems for macroalgae: Upscaling seaweed cultivation in Ireland. Aquaculture, Volume 563, Part 2, 2023, 738996, ISSN 0044-8486