La piscicultura es una de las formas de producción de proteína animal más sostenible del mundo en uso de tierra de labor, consumo de agua potable y huella de carbono; y tiene un futuro prometedor por delante gracias a los increíbles avances que se están produciendo en la incorporación de nuevos ingredientes más circulares y de fuentes restauradoras.
De manera verdaderamente impresionante y apoyada en la tecnociencia, la industria de fabricación de piensos para acuicultura ha sabido adaptarse a las nuevas circunstancias y ha ido paulatinamente haciéndose más independiente de los recursos extractivos pesqueros. En estos momentos, la industria está utilizando materias primas de origen agrícola y ganadero principalmente. Sin embargo, este no es el único paso en el camino, ya que cada vez está más cerca la fabricación masiva de piensos circulares y de fuentes renovables no competitivas con el consumo humano directo.
Una revisión recientemente publicada en Reviews in Aquaculture bajo el título “From the sea to aquafeed: A perspective overview” se establece una amplia visión general y un análisis preliminar de algunos de los recursos marinos potenciales que se pueden aplicar al desafio de la demanda sostenible de nutrientes al adoptar el marco de la bioeconomía de la acuicultura circular.
En esta revisión han participado, entre otros, investigadores de la Universidad de Cukurova, Universidad de Stirling, la Asociación Escocesa de Ciencia Marina, la Universidad de Lisboa.
En la revisión se analiza el estado actual de la ciencia asociada a las nuevas materias primas circulares y la perspectiva para promover “nuevas cadenas de valor” en la que se reutilizan recursos biológicos como ingredientes valiosos en los piensos.
Muchos, tienen origen marino sostenible. Entre otros aspectos se examina su uso en alimentos, su modo potencial de uso y beneficios, no solo como fuente alternativa de nutrientes, también como promotores del crecimiento y la salud.
En la revisión se establecen una serie de categorías según el origen: microorganismos como ingredientes, microalgas, hongos, Thraustochytrids (Schizochytrium); macroorganismos como ingredientes, algas e invertebrados; subproductos de la pesca y la acuicultura (circularidad directa e indirecta).
La revisión también ofrece una “visión novedosa” sobre el potencial de la acuicultura circular en sus dos niveles: el directo, a través de la valorización de los residuos; y el indirecto, a través de la acuicultura multitrófica integrada (IMTA, por sus siglas en inglés), que se perfila, según los autores, “como una alternativa sostenible y circular al monocultivo tradicional de especies acuáticas”.
Solo a través de la mejora del conocimiento científico se podrán superar lo que a día de hoy son "barreras" que no permiten un uso masivo de muchos de estos posibles ingredientes identificados, y que están frenando la escalabilidad y la competitividad en costes.
Por eso, señalan, mientras esto ocurre, se debe poner “más esfuerzo” en la transición de estos enfoques innovadores. Por ejemplo, usándolos como complementos de otras fuentes tradicionales, como la harina y el aceite de pescado, o la soja.
También es importante “hacer mayores esfuerzos” para comprender mejor las funcionalidades de los micro y macro organismos y su contribución “como productos de valor añadido, y su capacidad para mejorar el rendimiento animal, la disponibilidad de nutrientes, la palatabilidad y la digestibilidad de los alimentos.
Para que la circularidad y la sostenibilidad se haga efectiva, es necesario también adaptar la legislación local, nacional e internacional para que la industria pueda desarrollar estrategias novedosas de gestión, invertir en infraestructuras y concienciar a los consumidores de la importancia de los productos circulares.