Los moluscos bivalvos tienen un alto potencial como sumideros de carbono como apuntan ya algunos estudios realizados en España con la concha de mejillón que, no solo permiten mitigar las emisiones derivadas de su cultivo, sino que, además, reducen el CO2 atmosférico.
Aunque todavía falta mucho trabajo para demostrar la actividad de sumidero de carbono de los moluscos bivalvos, los trabajos realizados en este sentido muestran, dependiendo de la metodología empleada, que el carbono fijado en la concha de mejillón puede ser en promedio de 0,16 kg CO2 por kilogramo de bivalvo.
Dado que la producción de mejillón en Galicia representa aproximadamente 300 000 toneladas, son 25 000 toneladas de CO2 equivalentes. Según metodología ISO 14040 el sector es capaz de absorber el equivalente de 24 684 toneladas de CO2 eq y 24 995 toneladas de CO2 eq con PAS 2050.
Además de los moluscos bivalvos, la acuicultura de algas puede tener un papel relevante, no estando tan claro todavía como se puede fijar la biomasa para convertirlas en sumideros de carbono azul.
La Ley Europea del Clima estipula que la Unión Europea en 2050 debe encontrar el equilibrio entre emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero. A partir de entonces, éstas deben ser negativas.
Este año, la Comisión Europea en su programa de trabajo recoge una propuesta sobre certificación de absorciones de carbono cuyo objetivo es generalizar sistemas de sumidero de CO2 sostenibles y crear nuevos modelos de negocio, en consonancia con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Ley Europea del Clima.
En este contexto, la acuicultura puede ser un importante actor para secuestrar carbono a través de nuevas cadenas de valor industriales para la captura, reciclado, transporte y almacenamiento sostenible.