La tabla de precios de los piensos para acuicultura se volvió a pintar de rojo como indicativo de que las materias primas, especialmente los cereales, siguen en un ascenso generalizado como consecuencia directa de la invasión rusa a Ucrania. A esto se le suma, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) las consecuencias directas e indirectas de la falta de lluvias y la llegada anticipada del calor, ambos factores desfavorables para la producción de estas materias primas.
Solo se salva la harina de soja que finalizó mayo con descensos en el precio. No obstante, esta materia prima cada vez está menos presente en las dietas para peces debido a su poca disponibilidad no-OGM y alto coste.
Tres son los piensos extrusionados de especies acuícolas que son analizados por el Ministerio: pienso para engorde de dorada que ya está en 1 384,43 euros la tonelada, un 9,82% más respecto al mes anterior; la trucha blanca, que está a 1 550 euros la tonelada, 8,89%; y trucha asalmonada a 1 590 euros la tonelada, 8,46%.
En lo que va de año, la subida es preocupante. En el caso de la dorada ha pasado de 1 140,39 euros a 1 384,43, un 19,29%; la trucha blanca ha subido de 1 258,13 a 1 550,25 euros la tonelada, 20,48%; y, finalmente, la trucha asalmonada que ha pasado de 1 300,63 a 1 590,25 euros, un 20,48%.
En el último año (de mayo 2021 a mayo 2022) los precios han subido para la dorada un 34,34%, para la trucha blanca un 34,09% y para la trucha asalmonada un 34,68%.
Si bien los precios de los piensos para peces han subido, los del resto de ganaderías terrestres no han ido a la saga. Por poner algunos ejemplos, los precios de los piensos del vacuno las subidas superan el 48%; los de cerdos de cebo 48% y de los ibéricos 56,43%.
Preocupación en el sector por la escalada de costes
Desde que dio comienzo la pandemia por la COVID la parte del sector más orientada al Canal HORECA (Hostelería, Restauración y Catering) se vio grávemente afectado por el cierre de los negocios. Cuando todo parecía pasado, comenzó la escalada de precios por los problemas logísticos generados, y ahora, la invasión rusa a Ucrania.
Según la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR), al alza incesante de los piensos se le suma el de los costes energéticos sin precedentes que han dejado en riesgo de “colapso” a un negocio cercano a los 500 millones de euros.
En un llamado común con otros operadores del sector primario han pedido a la Comisión Europea que se cree un marco de crisis temporal y ayudas estatales de carácter extraordinario para auxiliar a las empresas afectadas por la situación.
Según las estimaciones de la patronal piscícola, el gasto medio de producir un kilo de dorada o lubina ha subido entre los 40 y 50 céntimos.
Determinados insumos, como por ejemplo el oxígeno han subido un 100%, y el pienso entre el 30 y el 50%, siendo ambos, imprescindibles para el desarrollo y bienestar animal.
Los costes de la energía, necesaria para la cadena de frío de los Sistemas de Acuicultura en Recirculación (RAS) de las granjas marinas en tierra en flujo abierto y las instalaciones de procesado, han crecido en torno a un 200-300% con respecto al 2021.
El gasóleo, que mueve embarcaciones, vehículos y camiones, es un 20% más caro. El precio del flete por tierra y aire está aumentando por días, incrementando los costes de comercialización. Estas escaladas generales conviven con las específicas de la actividad acuícola. Los materiales de envasado y transporte (pallets, envases, etiquetas, marchamos), son ahora un 15% más caros que en 2021. Y lo mismo ocurre con los productos veterinarios, que han subido un 30%.
A esto se suma, como señalan, la pérdida de poder adquisitivo de los hogares con rentas medias y bajas derivadas de la inflación y que puede retraer el consumo de pescado.