Un estudio de investigadores portugueses conecta las diferentes condiciones ambientales durante la fase larvaria de la dorada (Sparus aurata) con la capacidad de alimentación de éstas, lo que permite avanzar en la zootecnia de la especie en sus primeros días de vida.
Este tipo de estudios son importantes para comprender qué factores afectan al comportamiento de la alimentación y los procesos digestivos en especies acuícolas de interés comercial, al tiempo que proporciona información sobre la ecología de la alimentación para mejorar la comprensión de los datos recopilados en la naturaleza.
La ingesta y la digestión de los alimentos en los peces son procesos bajo regulación endocrina, de ahí la importancia de entender cómo las larvas de los peces marinos regulan estos procesos cuando el sistema digestivo está en desarrollo.
Para conocer los aspectos involucrados en las primeras etapas de vida de un pez marino como la dorada, los investigadores llevaron a cabo un estudio en el que se analizó la incidencia e intensidad de alimentación de las larvas de dorada teniendo en cuenta las variables del tiempo, la iluminación y la temperatura del agua.
El estudio, que ha sido publicado en Oceans, demostró la hipótesis de que las larvas de dorada utilizan los estímulos visuales para capturar el alimento, mientras que a medida que avanzan los días, los peces son capaces de guiarse en ambientes más oscuros para capturar con éxito las presas, una cualidad que está relacionada con el desarrollo de los ojos y la mejora de la capacidad visual.
En los experimentos, los investigadores analizaron el contenido intestinal, así como se vio afectado el contenido de colecistoquinina, una hormona que se activa con la ingesta de ciertos alimentos y que interviene en procesos como la digestión y el apetito.
Los investigadores sugieren que a partir del día 49 después de la eclosión, las larvas de dorada adquieren nuevas competencias y funcionalidades biológicas relacionadas con la alimentación.
La investigación también ha servido para confirmar que la dorada es una especie que tiene hábitos alimenticios diurnos. Además, añaden, las larvas hasta los 27 días después de la eclosión tienen una capacidad limitada para mantener el control endocrino de la colecistoquina después de la ingestión y digestión de alimentos. Una capacidad que mejora con el crecimiento larvario.
Los resultados de este estudio pueden servir como modelo de experimentación para otros espáridos de biología similar a la de la dorada.
Referencia:
Laura Ribeiro, François Noel Hubert, Vera Rodrigues, Carlos Rojas-García, Marina Teresa Dinís. Understanding fish larvae’s feeding biology to improve aquaculture feeding protocols. Oceans. https://doi.org/10.3390/oceans3010009