Reciclar no es algo nuevo, se ha hecho de siempre. Antes se hacía por una necesidad material y no tanto por una conciencia social o ambiental. El concepto moderno del reciclaje de vidrios, papel y cartón se remonta a la década de los ochenta del siglo pasado y, aunque han tenido que pasar varias décadas, hoy es una realidad que va ganando adeptos. Existen muchos ejemplos que se podrían poner sobre reciclaje y datos, pero este no es el objetivo del artículo.
Lo que sí es importante es quedarse es con la idea de que, en el asunto del reciclaje actual, son los niños los que, en el colegio, y a veces en la casa, aprenden con absoluta normalidad las nuevas responsabilidades sociales sobre la importancia de reducción los desperdicios, la reutilización, la sostenibilidad, o la necesidad de cambiar a energías renovables o verdes. Los niños son más permeables para los nuevos conceptos de la conservación y sostenibilidad y están mucho más preparados que sus padres y madres, pudiendo llegar a ser grandes maestros de sus progenitores.
Los de la generación X, entre los que me encuentro, es decir, los nacidos entre 1965 y 1980, hemos vivido pensando que la pesca era la gran proveedora de pescado y marisco procedente de un mar cercano e inagotable. Ahora, algunos ya saben que eso no es así. Otros siguen viviendo en la inopia o no les interesa mucho saber.
Para el ciudadano medio, la actividad acuícola es una total desconocida, las encuestas así lo dicen. Y si tienen alguna idea de esta actividad, no es la más positiva que cabría esperar. Cambiar esa percepción no va a ser nada fácil y requerirá de mucho ingenio y perseverancia. Bien es cierto que conforme más joven es la persona a la que se le pregunta más predispuesta está a consumir pescados y mariscos de crianza. Quizá sea por eso de que son más conscientes de que el mar no es infinito.
Las mejores herramientas con las que podemos contar para cambiar la percepción son transparencia, comunicación e información. Pero quizá más importante que eso es dónde dirigir el tiro en las campañas, ¿en los adultos, o en los niños? Sobretodo si tenemos en cuenta que los recursos económicos para llevar a cabo estas campañas son limitados.
La generación que heredará el mundo que ahora estamos transformando es la T (de touch o táctil), que comprende a aquellos nacidos desde 2010 hasta la actualidad. Ya no son niños que juegan en la calle como hacíamos nosotros, ellos ven el mundo globalizado a través de una pantalla digital y táctil, están hiperconectados, y consumen mensajes cortos, rápidos y multimedia.
Poco se sabe de las consecuencias a medio y largo plazo de estos hábitos sedentarios y pegados a una pantalla digital, pero si algo queda claro es que en los próximos años, esta generación cambiará la visión del mundo y serán los que tendrán que hacer frente a los nuevos cambios.
Por eso es importante destacar la iniciativa Acuicultura para Todos de la Asociación de Empresas de Acuicultura Marina de Andalucía (ASEMA) que en un espacio web dedicado a la divulgación y la difusión de la actividad acuícola busca responder de manera divertida y didáctica a preguntas como: ¿Qué es la acuicultura? ¿Cuáles son las características? y ¿Qué representa su fomento para la sostenibilidad del planeta?
Aunque se trata de una web dirigida a todos los públicos, el objetivo es concienciar a los escolares de entre 10 y 13 años de la importancia de los productos acuícolas andaluces para la nutrición y la sostenibilidad, al tiempo que cambia la percepción negativa preconcebida que puedan tener sobre la actividad.
Una forma de aprender ellos y enseñar a sus padres. Recuerda, como el reciclaje.
No olvidemos que en unos años esta generación no sólo decidirá qué comprar, cuándo y dónde. También serán los reguladores y legisladores de las actividades económicas y sociales. Por eso, y ya que no se hizo antes, hay que dedicarles el tiempo para que aprendan y aprecien la actividad acuícola.
¿No crees que es el momento de dedicar más esfuerzo y tiempo a esta generación?