La acuicultura ya provee de la mitad del pescado que se consume a nivel mundial, lo que le convierte en el sector alimentario de más rápido crecimiento y que desempeña un papel fundamental en la producción global de alimentos.
Con una población mundial que se prevé que supere los nueve mil millones para 2050, la acuicultura sostenible promete ser la solución para proporcionar alimentos saludables y ricos en nutrientes, complementando a la pesca extractiva responsable, para que todos podamos comer pescado.
Dada la importancia de este sector en la soberanía alimentaria global, se puede afirmar sin complejos que sin acuicultura no hay ni habrá pescado para todos.
Crecimiento y potencial de la acuicultura española
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la acuicultura ha experimentado un crecimiento anual del 4,2% a nivel mundial en los últimos 10 años. Este crecimiento revela el enorme potencial de expansión del sector, especialmente en regiones donde la demanda de alimentos sigue aumentando.
España se posiciona a la cabeza de la producción acuícola en la Unión Europea, en 2022, la cosecha de productos procedentes de la acuicultura en España fue de 332.855 toneladas, con un valor de primera venta de 760,7 millones de euros. Esta cifra destaca no solo la capacidad de producción del país, sino también su compromiso con una alimentación sostenible y de calidad.
España, con su extensa costa y la gran cantidad de ríos, posee las condiciones ambientales ideales para el desarrollo de la acuicultura, tanto marina como continental.
La diversidad de la acuicultura española
La acuicultura de peces española es diversa y variada, ya que cuenta con más de 10 especies diferentes producidas en diversos entornos. Este sector se caracteriza por su estricto control de calidad, garantizando productos sanos y trazables. En 2022, el cultivo de peces marinos en España fue de 58.672 toneladas, un 11,8% más que en 2021, lo que refleja el continuo crecimiento y la mejora en la eficiencia de las instalaciones acuícolas. Y en ese año, la producción de peces de agua dulce fue de unas 20.000 toneladas.
A pesar de ello, España tiene que importar una gran cantidad de pescado de países en los cuales, muchas veces, no se cumplen los estándares de calidad que en cambio sí cumplen los cultivados en España. Por este motivo se debe seguir contribuyendo al desarrollo de esta actividad para poder comer pescado seguro y sostenible.
Además, la acuicultura no solo contribuye al abastecimiento de alimentos, sino que también desempeña un papel crucial en el desarrollo económico y social de zonas rurales y costeras. La acuicultura es a menudo la única fuente de empleo estable y de calidad en estas áreas, actuando como motor de desarrollo en zonas más desfavorecidas.
Beneficios nutricionales y medioambientales
El pescado y otros productos acuáticos son fuentes esenciales de proteínas, ácidos grasos y nutrientes. Incorporar estos alimentos en la dieta mejora notablemente la seguridad alimentaria y la nutrición. Sin embargo, el consumo de productos acuáticos está disminuyendo en la Unión Europea y en España en particular. Este es un problema que la acuicultura puede ayudar a resolver, aumentando la oferta de productos acuáticos y mejorando su accesibilidad para que todos podamos consumir pescado de calidad a precios asequibles.
Además, la acuicultura es una de las actividades agroalimentarias con menor huella de carbono. Cumple con estrictas normativas medioambientales y contribuye a la conservación de los ecosistemas acuáticos. La adecuada gestión de las especies cultivadas, junto con innovaciones tecnológicas, hacen de la acuicultura una actividad sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Desafíos y oportunidades
A pesar de su potencial, la acuicultura se enfrenta varios desafíos. La sequía en España influye en la productividad del cultivo de peces en los ríos. Aunque la acuicultura hace un uso no consuntivo del agua, es decir, no la gasta y la devuelve en la misma o mejor condición, las políticas locales no siempre apoyan adecuadamente esta actividad. Las trabas administrativas y la falta de incentivos para nuevas empresas dificultan el crecimiento del sector.
Es fundamental que las políticas europeas, como el Pacto Verde y la Estrategia del Mar a la Mesa, se implementen de manera efectiva a nivel local. Los gobiernos locales deben promover la implantación de instalaciones acuícolas en sus localidades para aumentar el empleo, la economía y el abastecimiento local de alimentos. La integración de la acuicultura con otras actividades económicas puede generar sinergias positivas y contribuir a un desarrollo sostenible.
Innovación y futuro
La innovación es clave para el futuro de la acuicultura. Las empresas de acuicultura española, junto con centros de investigación y universidades, están desarrollando nuevas tecnologías y métodos para mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sector, profesionales comprometidos con el objetivo de ofrecer pescado saludable y sostenible.
De hecho, en España tenemos más científicos trabajando en acuicultura que en cualquier otro país del mundo.
Este esfuerzo conjunto, que se lleva a cabo por iniciativa de las propias empresas dedicadas a este sector, es esencial para enfrentar los desafíos actuales y futuros, asegurando que la acuicultura pueda satisfacer la creciente demanda de alimentos acuáticos, garantizando también que las generaciones futuras puedan seguir disfrutándolos mañana.
En conclusión, la acuicultura es una actividad clave para garantizar el abastecimiento de pescado y otros productos acuáticos, hoy y en el futuro. Su capacidad para proporcionar alimentos saludables, impulsar el desarrollo económico y social en áreas rurales y costeras, y contribuir a la sostenibilidad ambiental la convierte en un sector indispensable.
Gracias a la acuicultura hay pescado para todos. Es crucial que se reconozca su importancia para que su existencia no sea motivo de debate, porque junto con la pesca responsable nos proporciona el pescado que necesitamos para llevar una dieta saludable. Es imprescindible que se apoye su desarrollo, a través de políticas adecuadas y la promoción de la innovación.